Coyuntura

¿La IA viene por tu trabajo? Las startups ya están actuando como si fuera un hecho

Durante años, la amenaza de que las máquinas reemplazarían a los humanos ha sido tema de ciencia ficción y debates académicos. Sin embargo, la irrupción de la inteligencia artificial generativa, especialmente desde la aparición de herramientas como ChatGPT, ha transformado esa especulación en una realidad inminente. Ya no hablamos de una posibilidad a futuro: los CEO de algunas de las startups más influyentes del mundo están reestructurando sus empresas en torno a esta tecnología, y con ello, redefiniendo el futuro del empleo.

En Shopify, la inteligencia artificial ha dejado de ser una herramienta opcional para convertirse en una expectativa organizacional. Su CEO, Tobi Lütke, dejó en claro que ningún equipo debería solicitar más recursos o personal si no ha agotado primero las capacidades de la IA. Este cambio de mentalidad no es aislado: es un reflejo de cómo la IA se ha convertido en la primera línea de eficiencia operativa en muchas empresas tecnológicas.

La plataforma de trabajo freelance Fiverr ha seguido el mismo camino, aunque con un tono aún más crudo. Micha Kaufman, su CEO, lanzó una advertencia directa a su equipo: «La IA viene a por vuestros trabajos. Incluso a por el mío». El mensaje es claro: los roles tradicionales están bajo amenaza, y la única forma de mantener la relevancia es ser excepcionalmente bueno en lo que uno hace.

Usar IA eficazmente es ahora una expectativa fundamental para todos en Snopify.

En Duolingo, el panorama no es distinto. La empresa de aprendizaje de idiomas ha declarado su transición hacia una filosofía “AI-first”, lo que implica priorizar el uso de la inteligencia artificial en sus operaciones diarias. Esto incluye, entre otras cosas, prescindir gradualmente de contrataciones externas para tareas que puedan ser ejecutadas por sistemas automatizados.

Más allá de estas decisiones puntuales, el consenso entre los líderes tecnológicos es cada vez más sólido: la IA no es solo una herramienta complementaria, sino un nuevo paradigma que ya está reformulando el trabajo tal y como lo conocemos. Desde Jensen Huang, CEO de NVIDIA, que afirmó que «ya no tiene sentido aprender a programar», hasta Mark Zuckerberg, que prevé que en poco más de un año la mayoría del código será escrito completamente por IA, las señales son consistentes y alarmantes.

Lo que antes se consideraba ´imposible´ será lo nuevo difícil; y lo ´fácil´, ya no existirá.

Pero, ¿significa esto una catástrofe laboral inminente? No necesariamente. Como en anteriores revoluciones tecnológicas, el cambio traerá consigo la desaparición de ciertos empleos, pero también la creación de otros nuevos. Un ejemplo curioso es el del crecimiento del número de peluqueros en el Reino Unido entre 1871 y 2011, que se multiplicó a pesar de todos los avances tecnológicos.

Estudios como los del Foro Económico Mundial ofrecen una visión ambivalente. En 2018 se estimaba que la automatización eliminaría 75 millones de empleos para 2025, pero que generaría 133 millones de nuevas funciones. En su informe de 2023, sin embargo, el balance se invierte: se proyecta la pérdida de 83 millones de puestos frente a la creación de 69 millones. Aunque hay una ligera pérdida neta, lo más relevante es que el tipo de habilidades requeridas será radicalmente diferente.

No se trata de si la inteligencia artificial cambiará el mercado laboral, sino de cómo lo hará. Las empresas más innovadoras ya están dejando de esperar a que el futuro llegue: lo están construyendo, y lo están haciendo con una IA en el centro de sus decisiones estratégicas. Para los trabajadores, esto implica una adaptación urgente, no solo tecnológica, sino de mentalidad. Aprender a trabajar con la IA, aprovechar su potencial y diferenciarse con habilidades humanas irreemplazables será clave para sobrevivir —y prosperar— en la próxima era del trabajo.

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