¿Liderazgo pistacho? El estilo de gestión que está quemando equipos sin que lo notes

En muchas organizaciones modernas, se valora a los líderes que “mantienen todo en marcha”, sin sobresaltos. Sin embargo, esa aparente estabilidad puede esconder un problema más profundo: el estancamiento silencioso de personas, ideas y proyectos. Este fenómeno ha sido bautizado como liderazgo pistacho, una metáfora que alerta sobre los riesgos de resistir sin evolucionar.
Inspirado en el pistachero —un árbol capaz de sobrevivir años sin agua—, este concepto retrata a jefes que operan bajo la lógica de la eficiencia sostenida, pero que evitan el cambio y la innovación. A corto plazo, parece un estilo sólido. A largo plazo, puede ser tóxico.Según un ensayo citado por la revista Your Tango, los líderes pistacho suelen enfocarse en apagar incendios del día a día y evitar propuestas disruptivas. Dan prioridad a los procesos y la rentabilidad inmediata, pero descuidan la motivación, el talento y la visión estratégica de su equipo. “No imaginan las consecuencias a largo plazo porque no comprenden el impacto real de las propuestas de su equipo”, resume el texto.
Resistir no es evolucionar: lo contrario a liderar no es fracasar, es estancarse
La analogía del pistacho también refleja cómo algunas empresas crecen sin cuestionarse si su modelo es sostenible. Así como los árboles se expanden pese a la falta de riego, estas organizaciones siguen generando beneficios… hasta que el desgaste interno se vuelve insostenible. El resultado es una cultura empresarial agotada, sin innovación ni compromiso.
Revertir esta tendencia implica que los líderes deben abandonar el piloto automático. Escuchar, experimentar, soltar el control y aceptar el riesgo de equivocarse son ahora competencias clave. Como señala el artículo que popularizó el término, “las grandes ideas no surgen de repetir lo obvio. Nacen cuando alguien se atreve a abandonar el camino marcado para explorar lo desconocido”.