La banca boliviana en 2025 asegura un crecimiento prudente con la digitalización como gran motor

El sistema financiero boliviano cerró el primer semestre de 2025 con un balance de contrastes. Si bien los créditos mostraron una recuperación moderada, los depósitos evidenciaron un ritmo mucho más débil en medio de la incertidumbre económica. En paralelo, la digitalización —con el QR Simple a la cabeza— se convirtió en el fenómeno que más dinamizó la actividad bancaria.
Un crédito que se sostiene, pero con matices
La cartera de préstamos alcanzó los 29.852 millones de dólares, lo que representa un crecimiento interanual del 4,9%. Este avance se explica principalmente por el dinamismo de los créditos empresariales (12,3%) y de las pequeñas y medianas empresas (6,3%), a los que se sumó un incremento más moderado en microcréditos (4,1%).
Los depósitos mostraron debilidad: sumaron $us 30.522 millones, pero en el semestre hubo una salida neta de $us 814 millones.
No obstante, el segmento hipotecario volvió a retroceder (-1%), un reflejo de las limitaciones que impone la regulación de tasas para viviendas de interés social. Esta situación plantea un dilema: mientras la banca busca expandir su cartera, las reglas del mercado inmobiliario restringen la capacidad de otorgar nuevos créditos en este rubro.
Depósitos bajo presión
En contraste, los depósitos mostraron señales de fragilidad. Aunque sumaron 30.522 millones de dólares, apenas crecieron un 1,8% en un año y, en el transcurso del semestre, registraron una salida neta de 814 millones de dólares. La combinación de inflación persistente y la preferencia por el dólar debilitó la confianza de los ahorristas, quienes buscan proteger el valor real de su dinero.
Este fenómeno refleja una tensión cada vez más evidente: la banca logra mantener el dinamismo crediticio, pero enfrenta dificultades para captar recursos frescos en un contexto de desdolarización parcial de los depósitos.
La revolución digital y el QR Simple
Donde sí hubo un salto significativo fue en los medios de pago digitales. Durante el semestre se realizaron 386,1 millones de transferencias electrónicas interbancarias por un valor de 58.930 millones de dólares. En comparación con 2024, esto representa un crecimiento del 54,1% en montos y del 125,7% en número de operaciones.
El número de cuentas bancarias superó los 15,5 millones, pero el número de prestatarios creció solo un 0,2%.
El protagonista indiscutible de este cambio es el QR Simple, que concentró el 92% de las transacciones y movilizó 21.091 millones de dólares. Su mayor impacto se observó en operaciones pequeñas, especialmente en pagos menores a 50 bolivianos, lo que evidencia cómo la digitalización está penetrando en el consumo cotidiano. En otras palabras, no solo las grandes empresas, sino también pequeños comercios y usuarios individuales se están sumando masivamente a esta nueva forma de pago.
Solidez patrimonial y gestión de riesgos
Pese a los desafíos, la banca fortaleció su estructura patrimonial. El capital del sistema creció un 10,2% en un año, alcanzando los 3.203 millones de dólares, gracias a la reinversión de utilidades. Al mismo tiempo, las previsiones para cubrir créditos en mora subieron a 1.609 millones, equivalentes a 1,7 veces el nivel de incumplimiento registrado.
En cuanto a la morosidad, la cartera en incumplimiento se situó en 928 millones de dólares (3,1% del total), una ligera mejora frente a 2024. Sin embargo, se mantienen focos de presión en sectores productivos sensibles a la desaceleración económica y a la inflación.
Inclusión financiera: Avances y límites
El número de cuentas bancarias superó los 15,5 millones, lo que supone un incremento del 10,1% frente al año anterior. Esta cifra refleja un avance en inclusión financiera, ya que más ciudadanos acceden a servicios bancarios básicos.
La cartera de préstamos alcanzó los $us 29.852 millones con un crecimiento interanual del 4,9%.
No obstante, el crecimiento en el número de prestatarios fue apenas del 0,2%, lo que revela que las tasas reguladas siguen limitando la expansión del crédito, en especial en segmentos con mayor riesgo.
Desafíos de la digitalización y el QR
El panorama de la banca boliviana en 2025 es de claroscuros. Por un lado, los créditos empresariales sostienen el crecimiento de la cartera y la digitalización revoluciona los hábitos de pago, consolidando al QR Simple como un verdadero catalizador del sistema financiero. Por otro, los depósitos se ven debilitados por la inflación y la búsqueda de refugio en dólares, lo que representa un reto para la liquidez del sistema.
La banca se muestra sólida en términos patrimoniales y con una morosidad controlada, pero enfrenta el desafío de ampliar el acceso al crédito en un entorno regulatorio restrictivo. En este escenario, la digitalización aparece no solo como una tendencia, sino como la clave estratégica que puede redefinir la relación entre bancos, empresas y ciudadanos en los próximos años.