Apple y su evento Awe Dropping: ¿Innovación real o una fórmula gastada?

El esperado evento anual de Apple, celebrado en el Steve Jobs Theater de Cupertino bajo el lema “Awe Dropping”, volvió a reunir la atención global. Con la promesa de “el mayor salto jamás dado” para el iPhone, Tim Cook presentó una batería de novedades: desde la serie iPhone 17 hasta los AirPods Pro 3 y los nuevos Apple Watch.
Sin embargo, el entusiasmo inicial pronto se convirtió en debate: ¿realmente Apple sigue marcando la pauta tecnológica o está apostando por cambios superficiales mientras la competencia avanza a un ritmo más audaz?
Un iPhone que llega tarde al juego
El iPhone 17 sorprendió al incluir, por primera vez en su modelo estándar, la pantalla ProMotion de 120 Hz. Una mejora que, en teoría, debería emocionar; pero que llega tarde si se considera que los fabricantes de Android llevan años ofreciendo esta tecnología incluso en gamas medias.
La inclusión del chip A19 y una batería apenas superior refuerzan la sensación de continuidad más que de ruptura.
El evento ‘Awe Dropping’ confirma que Apple aún sabe generar expectación, pero también expone la dificultad de mantener su halo de innovación.
En el caso de los iPhone 17 Pro y Pro Max, Apple apostó por un chip más potente (A19 Pro), un zoom óptico de 8x y un sistema de refrigeración mejorado. Aunque estas características buscan atraer a los usuarios más exigentes, se perciben más como ajustes técnicos que como un salto disruptivo. El nuevo acabado en aluminio y cristal, junto a colores llamativos como el naranja cósmico, parecen diseñados para destacar en vitrinas más que en la experiencia real de uso.
El “iPhone Air”: diseño por encima de la funcionalidad
La gran novedad fue el debut del iPhone Air, un dispositivo ultradelgado de apenas 5.6 mm de grosor, menos de 150 gramos de peso y fabricado en titanio reciclado. Cook lo describió como “el iPhone más delgado de la historia”, buscando revivir el aura de innovación de otros tiempos.
Sin embargo, esa delgadez tiene un precio: una batería reducida (alrededor de 3.000 mAh) y una única cámara trasera de 48 MP. Frente a la competencia, que ofrece potentes configuraciones multicámara y mayor autonomía por precios similares, este modelo parece orientado más a los amantes del diseño minimalista que a quienes buscan potencia y versatilidad.
AirPods Pro 3: integración antes que innovación
Los AirPods Pro 3 llegaron con mejoras en cancelación de ruido y autonomía de hasta 8 horas con ANC. La novedad más llamativa es la traducción en tiempo real impulsada por Apple Intelligence, aunque limitada por ahora a ciertos mercados. También suman sensores de frecuencia cardíaca, en un guiño al segmento de salud.
No obstante, se echa en falta un avance disruptivo en calidad de sonido o conectividad, confirmando que Apple sigue priorizando la cohesión de su ecosistema sobre la reinvención de sus accesorios estrella.
Apple Watch: avances incrementales y poco más
La nueva generación de relojes mantiene el mismo patrón: mejoras útiles pero poco revolucionarias. El Series 11 estrena pantalla más resistente y conectividad 5G; el SE 3 añade pantalla siempre encendida y carga rápida; y el Ultra 3 integra conectividad satelital y hasta 72 horas de autonomía en modo ahorro.
Aunque funcionales, estas actualizaciones carecen de un cambio radical que motive a los usuarios a renovar sus dispositivos si ya cuentan con versiones previas.
El contexto: luces y sombras para Apple
Este evento ocurre en un momento clave:
El iPhone 17 sorprendió al incluir, por primera vez en su modelo estándar, la pantalla ProMotion de 120 Hz
- Apple arrastra una caída bursátil del 15-19% en 2025, reflejo de la desconfianza del mercado.
- La compañía está rezagada en la carrera de la inteligencia artificial, dominada por rivales como Google y OpenAI.
- La estrategia de diferenciarse con diseño y marketing parece cada vez menos convincente en un ecosistema donde los usuarios demandan más IA y menos estética.
Decadencia para Apple
El evento “Awe Dropping” confirma que Apple aún sabe generar expectación, pero también expone la dificultad de mantener su halo de innovación en un mercado saturado. El iPhone Air aporta un nuevo aire de diseño, pero sacrifica funcionalidad; los demás productos siguen un guion de actualizaciones incrementales, más pensadas para fidelizar que para revolucionar.
La pregunta de fondo sigue abierta: ¿podrá Apple reinventarse y recuperar su papel de pionero tecnológico, o continuará viviendo de una fórmula que ya no sorprende tanto como antes?