OpenAI se encamina a convertirse en una empresa con fines de lucro: ¿qué significa este giro?

OpenAI, la compañía detrás de ChatGPT, está atravesando una de las etapas más decisivas de su historia. Tras casi una década operando bajo un modelo híbrido —mitad organización sin fines de lucro, mitad entidad con beneficios limitados— la empresa ha dado un paso clave hacia su transformación en una corporación plenamente lucrativa. La autorización de Microsoft, su mayor inversionista y socio estratégico, marca el inicio de una nueva era en el desarrollo de inteligencia artificial (IA).
Este cambio abre grandes oportunidades financieras, pero también plantea dudas sobre el futuro de la accesibilidad, la ética y la seguridad en el uso de estas tecnologías.
Un acuerdo con Microsoft que redefine la relación
OpenAI firmó recientemente un memorando de entendimiento con Microsoft. Aunque el documento no es vinculante, establece las bases para renegociar la alianza que ambas empresas mantienen desde 2019. En ese año, Microsoft invirtió 1.000 millones de dólares en la startup; desde entonces, el aporte se ha incrementado hasta los 13.000 millones, otorgando a la firma de Redmond un control económico cercano al 49% del capital de OpenAI, aunque sin acciones formales.
La inminente transformación de OpenAI en una empresa con fines de lucro es un hito que podría redibujar el mapa de la inteligencia artificial.
La relación ha sido ambivalente: por un lado, Microsoft ha potenciado su ecosistema —incluyendo Copilot en Office y Azure OpenAI Service— con la tecnología de OpenAI; por otro, ambas compañías compiten por liderar el mercado de la IA. Con este nuevo memorando, se busca garantizar que Microsoft reciba una compensación adecuada por avalar la conversión de OpenAI en una empresa lucrativa.
De la misión sin fines de lucro al modelo de capital abierto
OpenAI nació en 2015 con la promesa de crear una IA que beneficiara a la humanidad en su conjunto. En 2018 introdujo un modelo mixto que limitaba las ganancias de los inversionistas a un máximo de 100 veces su inversión inicial. Sin embargo, la rápida expansión de la industria y la presión por mantener el liderazgo tecnológico han llevado a Sam Altman, director ejecutivo de la empresa, a impulsar un giro más ambicioso: constituir una Corporación de Beneficio Público (CBP).
La propuesta incluye otorgar a la organización sin fines de lucro que supervisa a OpenAI una participación accionaria valuada en más de 100.000 millones de dólares. De concretarse, se convertiría en una de las entidades filantrópicas con mayor capital del planeta. Al mismo tiempo, la fundación ya ha anunciado un fondo de 50 millones de dólares en subvenciones para impulsar proyectos de alfabetización en IA, innovación social y generación de empleo.
Oportunidades y riesgos de la transición
El cambio de modelo promete darle a OpenAI la capacidad de recaudar capital a gran escala, acelerar el desarrollo de nuevas herramientas y ampliar su presencia en el mercado global. Sin embargo, no todos celebran la noticia.
Expertos en ciberseguridad y ética de la tecnología alertan que priorizar el lucro podría desplazar los objetivos originales de la compañía. Entre los riesgos más señalados están:
- Restricción de acceso: Investigadores, universidades y organizaciones sin fines de lucro podrían quedar excluidos si los precios de acceso a modelos avanzados aumentan significativamente.
- Innovación apresurada: El incentivo de rentabilidad puede empujar a acelerar lanzamientos sin garantizar los niveles adecuados de seguridad.
- Concentración de poder: La alianza con Microsoft fortalece aún más el dominio de dos gigantes en un mercado donde ya controlan gran parte de la infraestructura y los servicios.
La autorización de Microsoft, su mayor inversionista y socio estratégico, marca el inicio de una nueva era en el desarrollo de inteligencia artificial (IA).
Como ejemplo, analistas comparan esta situación con lo ocurrido en la industria farmacéutica: empresas que comienzan con un propósito de impacto social, pero que en la práctica acaban priorizando los retornos financieros sobre la accesibilidad de sus productos.
Posibles beneficios de Open AI
La inminente transformación de OpenAI en una empresa con fines de lucro es un hito que podría redibujar el mapa de la inteligencia artificial. Si bien el movimiento permitirá atraer inversiones históricas y consolidar la posición de la compañía frente a rivales como Google DeepMind o Anthropic, también genera inquietudes sobre el futuro de la privacidad, la seguridad y el acceso equitativo a la IA.
En última instancia, la gran incógnita es si OpenAI logrará equilibrar la búsqueda de rentabilidad con su misión original de crear una inteligencia artificial que beneficie a toda la humanidad, o si la presión del mercado terminará inclinando la balanza hacia los intereses corporativos.