Coyuntura

Sistema financiero boliviano: sincerar las tasas de interés o arriesgar la liquidez

El sistema financiero boliviano enfrenta un momento crítico debido a la combinación de alta inflación, devaluación y tasas de interés reguladas por el Estado. Durante años, la política de mantener tasas bajas buscó fomentar el acceso al crédito, pero en el contexto económico actual, esta estrategia genera distorsiones significativas. La pregunta central es: ¿es posible equilibrar el acceso al crédito con la sostenibilidad del sistema financiero sin comprometer la liquidez?

La tasa de interés representa el precio del dinero y actúa como un mecanismo que equilibra a los ahorradores y los inversores. Los ahorradores buscan proteger y hacer crecer su capital, mientras que los inversores necesitan recursos para desarrollar proyectos. El precio de este capital depende de la preferencia temporal, el riesgo asociado a la inversión y la prima por liquidez, elementos que actualmente no están reflejados en el sistema boliviano debido a la regulación estatal.

“Cuando la inflación supera la tasa de interés, el dinero de los ahorradores pierde valor y desaparece el incentivo para ahorrar.”

La combinación de inflación creciente y tasas reguladas ha provocado tasas reales negativas, donde la inflación supera los rendimientos que ofrecen los bancos. Esto desincentiva el ahorro y provoca una fuga de capitales hacia alternativas de preservación del patrimonio, como el dólar o la adquisición de bienes de consumo. Entre enero y julio de 2025, los depósitos en cuentas corrientes cayeron de Bs 33.300 millones a Bs 29.500 millones, reflejando esta dinámica.

La situación se complica aún más debido a que gran parte del ahorro se canaliza hacia el financiamiento del déficit público y los fondos de pensiones, reduciendo la disponibilidad de liquidez en el sistema financiero. La combinación de recursos limitados y tasas artificialmente bajas genera un desajuste entre ahorro e inversión, que eventualmente requerirá ajustes en las tasas de interés para restaurar el equilibrio.

Si bien mantener tasas bajas puede ser políticamente conveniente a corto plazo, la regulación actúa como una “camisa de fuerza” que limita la capacidad de los bancos para gestionar liquidez y riesgo. Sincerar las tasas afectará principalmente a dos grupos: quienes ya tienen créditos con tasa variable, enfrentando aumentos en sus cuotas, y quienes aspiran a nuevos créditos, viendo restringido el acceso a financiamiento para vivienda o emprendimientos.

“La regulación de tasas se ha convertido en una camisa de fuerza que limita la sostenibilidad del sistema financiero boliviano.”

La liberalización de las tasas de interés se presenta como una medida inevitable para garantizar la sostenibilidad del sistema financiero boliviano. Aunque impopular y con un costo político evidente, posponer este ajuste solo agrava las distorsiones en la asignación de capital. El país enfrenta un dilema: endurecer las condiciones crediticias con consecuencias recesivas a corto plazo o arriesgar la liquidez y la estabilidad del sistema financiero en el mediano y largo plazo. La decisión que se tome determinará la capacidad del sistema para sostener crédito y fomentar inversión de manera sostenible.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *