Visas de 100,000 dólares el desafío que sacude al sector financiero de Nueva York

Introducción
La reciente decisión del gobierno estadounidense de fijar un costo de 100,000 dólares por cada contratación de trabajadores extranjeros bajo el programa de visas H-1B ha puesto en alerta a múltiples sectores. Aunque la medida apunta principalmente a la industria tecnológica, el sector financiero de Nueva York con gigantes como Goldman Sachs, Citigroup y Morgan Stanley también enfrenta un escenario de incertidumbre que podría transformar sus prácticas de reclutamiento global.
Nueva York, epicentro de la H-1B
Durante el primer semestre de 2025, la ciudad de Nueva York concentró la mayor cantidad de beneficiarios de visas H-1B en todo el país, superando incluso a estados como California y Texas. En la capital financiera del mundo, estas contrataciones no se limitan únicamente al área tecnológica: universidades de élite como Columbia y NYU, hospitales como el Memorial Sloan Kettering, y sobre todo los bancos de inversión, han construido parte de su competitividad gracias a profesionales internacionales altamente cualificados.
“Una tarifa de visa de esta magnitud probablemente reducirá drásticamente el uso de visas H-1B.”
Goldman Sachs destaca como el mayor receptor de visas en la ciudad, empleando a miles de profesionales en áreas críticas como ingeniería de software, análisis cuantitativo y ciencia de datos. Estos perfiles, difíciles de encontrar en el mercado laboral local, son esenciales para sostener la innovación y la eficiencia de la industria financiera.
El impacto económico de la tarifa
Expertos advierten que la tarifa de 100,000 dólares actuará como un freno casi inmediato para las solicitudes H-1B. Ethan Lewis, profesor de economía en Dartmouth College, señala que esta política reducirá de manera drástica la entrada de talento extranjero, lo que podría ralentizar la productividad en sectores estratégicos.
A corto plazo, los bancos y consultoras deberán replantear sus modelos de contratación internacional, posiblemente trasladando ciertas funciones a centros en el extranjero. A largo plazo, la medida podría desincentivar que estudiantes internacionales elijan Estados Unidos como destino académico, al ver bloqueado el camino hacia su primer empleo profesional.
Una medida con efectos globales
La administración Trump ha dejado claro que busca limitar la llegada de trabajadores foráneos, bajo el argumento de proteger el empleo estadounidense. Sin embargo, voces dentro del sector privado, como Elon Musk en el área tecnológica, advierten que el país no cuenta con suficiente talento local para cubrir las vacantes especializadas.
“La medida podría desincentivar que estudiantes internacionales elijan Estados Unidos para iniciar su carrera profesional.”
En este contexto, las empresas podrían optar por deslocalizar proyectos a países con entornos regulatorios más favorables, lo que paradójicamente trasladaría la inversión y el valor agregado fuera de Estados Unidos.
Conclusión
La imposición de una tarifa de 100,000 dólares a la visa H-1B marca un punto de inflexión en la competitividad global de Nueva York y de Estados Unidos en general. Si bien busca proteger al trabajador nacional, la medida amenaza con erosionar la capacidad del país para atraer talento de alto nivel, un factor que ha sido históricamente clave en la consolidación de Wall Street y Silicon Valley.
El reto ahora será observar si las empresas financieras y tecnológicas logran adaptarse mediante estrategias de retención local, relocalización internacional o incluso presión política para suavizar la medida. Lo que está claro es que, en el corto plazo, la “tarjeta dorada” de 100,000 dólares redefine el mapa del empleo especializado en la ciudad que nunca duerme.