Coyuntura

EEUU intensifica su guerra comercial con nuevos aranceles a medicamentos y camiones

En un nuevo capítulo de la guerra comercial estadounidense, el gobierno de Estados Unidos implementó a partir del 1 de octubre de 2025 aranceles significativos sobre medicamentos patentados importados y camiones pesados provenientes de determinados países. Esta medida refleja la estrategia del presidente Donald Trump de presionar a fabricantes extranjeros para que inviertan en producción local y, según él, reducir los costos que enfrentan los consumidores estadounidenses por medicamentos esenciales. Sin embargo, expertos internacionales cuestionan la efectividad de estas políticas y anticipan impactos mixtos en la economía global.

Los nuevos gravámenes establecen un arancel del 100% sobre ciertos medicamentos patentados producidos fuera de Estados Unidos, mientras que los camiones de gran tonelaje importados enfrentan un impuesto del 25%. Según la administración Trump, esta política busca contrarrestar la “competencia externa desleal” y fomentar que las empresas farmacéuticas y manufactureras expandan su producción dentro del país.

“Los camiones provenientes de China, Vietnam y Tailandia podrían pagar impuestos del 25%, afectando más del 70% de las importaciones.”

Un aspecto clave de estas medidas es la selectividad de sus efectos. Por ejemplo, los camiones provenientes de México y Canadá quedan prácticamente exentos gracias al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), siempre que al menos el 64% de sus componentes se fabriquen en Norteamérica. En contraste, se espera que los aranceles impacten con mayor fuerza a importaciones procedentes de China, Vietnam y Tailandia, países que representan más del 70% del suministro estadounidense de camiones pesados.

En cuanto a los medicamentos, se han contemplado excepciones importantes: los fármacos genéricos y los proyectos de inversión o expansión en marcha —incluidos aquellos iniciados antes de la actual administración— estarán exentos de los gravámenes. Empresas de gran envergadura como Eli Lilly y Pfizer ya han anunciado inversiones significativas en nuevas plantas y ampliaciones, lo que les permitirá sortear los aranceles. Además, la Casa Blanca aseguró que respetará los acuerdos internacionales firmados con la Unión Europea y Japón, que limitan los aranceles al 15%, beneficiando así a compañías europeas como AstraZeneca, GSK, Novartis, Sanofi y Novo Nordisk.

Analistas internacionales advierten que estas medidas podrían generar incertidumbre en la cadena de suministro global y afectar los precios de los productos farmacéuticos y de transporte. Algunos expertos cuestionan que los aranceles realmente reduzcan los costos de los medicamentos para los consumidores, argumentando que las tasas podrían trasladarse a los precios finales, contrarrestando los objetivos declarados de la administración.

La decisión de Estados Unidos de imponer aranceles del 100% a medicamentos importados y del 25% a camiones pesados refleja un intento de reforzar la producción nacional y proteger ciertos sectores estratégicos. No obstante, la efectividad de estas medidas dependerá de la capacidad de las empresas para adaptarse, de la respuesta de los socios comerciales y del impacto que tengan sobre los consumidores. La guerra comercial estadounidense continúa, y sus repercusiones en la economía global y en los precios de productos esenciales serán un tema central para economistas, legisladores y ciudadanos durante los próximos meses.

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