Tuto Quiroga y Rodrigo Paz presentan sus planes económicos en el debate presidencial 2025

En un contexto marcado por la escasez de dólares, la inflación creciente y la crisis del sector energético, los candidatos presidenciales Jorge “Tuto” Quiroga, de la coalición Alianza Libre, y Rodrigo Paz, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), dieron a conocer sus principales propuestas económicas durante los últimos encuentros y debates públicos rumbo a las elecciones nacionales de 2025.
Ambos políticos coincidieron en la necesidad urgente de estabilizar la economía boliviana, pero con enfoques claramente distintos: mientras Quiroga propone una inyección de capital externo y una reforma liberal profunda del Estado, Paz apuesta por un modelo descentralizado, con redistribución fiscal equitativa y apoyo directo a las regiones y sectores productivos.
El plan de Tuto Quiroga: liberalización, inversión extranjera y austeridad estatal
Jorge “Tuto” Quiroga, expresidente y exvicepresidente del país, busca reactivar la economía nacional a través del financiamiento internacional. Su propuesta central contempla obtener aproximadamente 12.000 millones de dólares mediante cooperación multilateral, préstamos a tasas bajas y alianzas con organismos internacionales, con el fin de resolver la escasez de divisas, mejorar la provisión de combustibles y reducir la inflación.
Entre sus medidas más destacadas figura la reducción del déficit fiscal mediante austeridad estatal. Quiroga plantea limitar el número de ministerios a un máximo de 12, eliminar viceministerios y entidades descentralizadas innecesarias, y revisar los gastos públicos improductivos. Según el candidato, “la sostenibilidad económica comienza por un Estado eficiente y no sobredimensionado”.
Quiroga plantea un Estado austero y la atracción de 12.000 millones de dólares en inversión externa.
Otra propuesta de alto impacto es la propiedad individual sobre los recursos naturales. En lugar de mantener el control estatal exclusivo sobre sectores como el gas y el litio, Quiroga sugiere que los ciudadanos sean accionistas o copropietarios a través de un fondo nacional de recursos naturales, que permitiría distribuir utilidades de forma directa a los bolivianos.
Su plan también busca atraer inversión extranjera mediante reformas legales y constitucionales que garanticen seguridad jurídica, fomenten la apertura de mercados y reduzcan los impuestos. En ese sentido, propone bajar el IVA del 13 % al 10 % y flexibilizar los aranceles aduaneros, como una medida para dinamizar la actividad empresarial y el comercio.
De acuerdo con Quiroga, su modelo apunta a “liberar las fuerzas productivas, recuperar la confianza internacional y reinsertar a Bolivia en los mercados globales con estabilidad y competitividad”.
Rodrigo Paz: descentralización fiscal y “capitalismo para todos”
Por su parte, Rodrigo Paz Pereira, candidato del PDC y actual senador, propone una reestructuración integral del sistema económico nacional a través de su modelo denominado “50-50”, que busca redistribuir equitativamente los ingresos públicos. Según su plan, el 50 % de los recursos nacionales se administraría desde el nivel central del Estado, mientras que el otro 50 % se transferiría directamente a los gobiernos departamentales, municipales y universidades.
Paz afirma que esta propuesta permitirá romper con el centralismo fiscal y potenciar el desarrollo regional con autonomía real. En sus palabras, “las regiones deben tener la libertad de invertir en sus propias prioridades productivas, sin depender de la burocracia centralista de La Paz”.
El programa económico del PDC también introduce el concepto de “capitalismo para todos”, un modelo orientado a formalizar la economía informal mediante créditos accesibles, reducción de impuestos y simplificación de trámites. Busca que la formalización sea rentable y no punitiva, incentivando a miles de pequeños emprendedores, gremiales y microempresarios a ingresar al sistema legal.
Paz propone el modelo ‘50-50’ para redistribuir equitativamente los ingresos entre el nivel central y las regiones.
Entre sus medidas fiscales inmediatas, Paz plantea un “perdonazo tributario” para quienes adeuden al Estado, condonando multas e intereses, y permitiendo pagar solo el capital. Además, propone reducir impuestos a la importación de tecnología y facilitar la legalización de vehículos indocumentados (“chutos”) para regularizar el parque automotor.
En materia de gasto público, el candidato anuncia una revisión exhaustiva de decretos, leyes y regulaciones innecesarias, así como la congelación de nuevas contrataciones estatales y la racionalización de empresas públicas deficitarias, con el objetivo de frenar el despilfarro y fortalecer la transparencia institucional.
Para controlar la inflación y estabilizar la economía, Paz propone transparentar el sistema aduanero, revisar los subsidios a los combustibles para hacerlos focalizados y sostenibles, y garantizar el abastecimiento interno de energía sin depender excesivamente de importaciones.
Asimismo, su visión económica promueve un desarrollo sectorial equilibrado, impulsando la minería, el turismo, la agricultura y las energías renovables con criterios de sostenibilidad ambiental.
Dos visiones opuestas para el futuro económico del país
Las propuestas de ambos candidatos reflejan dos modelos distintos de reactivación. Quiroga apuesta por la apertura internacional, la inversión privada y la disciplina fiscal, mientras que Paz busca una redistribución interna más equitativa y una economía descentralizada con participación regional.
En un país marcado por la escasez de dólares, la caída de reservas internacionales y la presión inflacionaria, ambos planes ofrecen soluciones a corto y mediano plazo, aunque con estrategias opuestas.
Uno apuesta por la apertura internacional, el otro por la descentralización económica.
Expertos en economía consultados por medios nacionales consideran que las propuestas de Quiroga pueden atraer capital y estabilizar el tipo de cambio, pero dependen de la confianza internacional y la capacidad de negociación externa. En cambio, el plan de Paz favorece la inclusión económica y la autonomía regional, aunque requiere una fuerte coordinación intergubernamental y reformas constitucionales profundas.
Con las elecciones generales cada vez más cerca, el debate económico se perfila como el eje central de la campaña 2025, y la ciudadanía boliviana tendrá que decidir entre dos caminos para enfrentar la crisis estructural del país: uno más liberal y orientado al mercado, y otro más redistributivo y descentralizado.