PepsiCo redefine su identidad corporativa para reconectar con consumidores y fortalecer su portafolio global

Una transformación que trasciende lo visual
Después de casi 25 años sin un cambio significativo, PepsiCo ha decidido dar un giro profundo a su identidad corporativa. La actualización no se limita a un nuevo diseño de logotipo: busca transmitir una visión más amplia del negocio y alejarse de la percepción histórica que la asocia principalmente con su bebida insignia. La compañía quiere reflejar mejor su presencia en categorías como alimentos, hidratación y bienestar, así como su compromiso creciente con la sostenibilidad.
Un portafolio que busca mayor reconocimiento
La renovación responde a una realidad que preocupa a la empresa: solo una minoría de consumidores, cerca de una quinta parte, puede mencionar una marca de PepsiCo que no sea Pepsi. Esto representa un desafío para un grupo que administra más de 500 marcas a nivel global. El cambio de imagen, por tanto, se convierte en una herramienta estratégica para reposicionar a la compañía y destacar la diversidad de su portafolio, impulsando a firmas de alto crecimiento como Lay’s, Tostitos, Siete o Poppi.
“Solo el 21% de los consumidores reconoce una marca de PepsiCo que no sea Pepsi, un desafío crítico para un portafolio de más de 500 marcas.”
El nuevo lenguaje visual y su simbolismo
La nueva identidad apuesta por una estética más cálida y cercana. La “P” central del logotipo se envuelve en tres elementos: un tono anaranjado que representa los alimentos y cereales, una gota azul que evoca hidratación y bebidas, y una forma verde inspirada en una hoja que simboliza la estrategia de sostenibilidad Pep+. El conjunto reposa sobre una franja curva que alude a una sonrisa, reforzando la idea de conexión emocional con los consumidores. Además, la tipografía en minúsculas y los colores terrosos buscan humanizar la marca y alinearla con tendencias contemporáneas de diseño.
Presiones del mercado y ajustes estratégicos
Los cambios no surgen en un vacío. PepsiCo enfrenta presiones externas que exigen movimientos audaces. La entrada del fondo activista Elliott Investment Management, con una participación multimillonaria, ha acelerado la demanda de optimizar operaciones, eliminar productos de bajo rendimiento y modernizar su red de embotellado. Al mismo tiempo, algunas de sus marcas tradicionales han perdido terreno en ventas, mientras que segmentos emergentes como los refrescos prebióticos están ganando espacio rápidamente. La compra de Poppi ejemplifica el tipo de apuestas que PepsiCo quiere potenciar dentro de su nueva narrativa corporativa.
“PepsiCo inicia una era de transformación impulsada por IA, reformulaciones más saludables y una estrategia enfocada en marcas de alto crecimiento.”
Un momento clave para la evolución de PepsiCo
La compañía entra en una etapa decisiva. Más allá de la estética, la nueva imagen corporativa pretende respaldar iniciativas más profundas: reformulaciones más saludables, inversiones en inteligencia artificial para acelerar la toma de decisiones, y una estrategia de mercado que busca conectar en más momentos del día y a través de múltiples canales. Con estos cambios, PepsiCo intenta no solo actualizar su rostro, sino también proyectar una visión cohesionada que refleje quién es y hacia dónde quiere ir. El rediseño marca el comienzo de un ciclo en el que la empresa busca ser reconocida por la amplitud de su oferta y su capacidad de adaptación en un mercado cada vez más competitivo.
