La recuperación de divisas en Bolivia: entre la promesa gubernamental y los desafíos estructurales

La escasez de dólares en Bolivia se ha convertido en uno de los problemas económicos más visibles y sensibles para la población. Desde ahorristas que no pueden retirar sus fondos, hasta empresas con dificultades para importar insumos, el acceso limitado a divisas ha generado tensiones financieras y sociales. Ante este escenario, el Gobierno anunció que el sistema bancario podría normalizar los retiros de dólares en un plazo de seis a nueve meses. Este compromiso no solo busca responder a la presión de los ciudadanos, sino también delinear una estrategia de recuperación económica basada en el fortalecimiento de las reservas internacionales.
Un contexto marcado por la restricción de divisas
En los últimos meses, Bolivia ha enfrentado un periodo prolongado de contracción de dólares, un fenómeno que se ha intensificado con la caída de ingresos externos y la limitada capacidad del Banco Central de Bolivia (BCB) para abastecer la demanda. Esto ha provocado una situación inusual: depósitos en dólares que existen en los registros bancarios, pero no están disponibles en efectivo para sus titulares. Esta falta de liquidez no solo genera desconfianza, sino que afecta la credibilidad del sistema financiero y la dinámica del mercado interno.
“El Gobierno proyecta un paquete financiero cercano a los 9.000 millones de dólares para reforzar las reservas del país.”
La estrategia del Gobierno: reforzar las reservas internacionales
El ministro de Economía, Gabriel Espinoza, anunció que el Gobierno está enfocando sus esfuerzos en fortalecer la posición internacional del país mediante financiamiento externo. Antes incluso de asumir oficialmente, el Gobierno electo ya había gestionado una línea de crédito por más de 3.100 millones de dólares con la CAF, y actualmente trabaja en ampliar esa cifra mediante acuerdos adicionales con otros organismos multilaterales.
La meta es ambiciosa: alcanzar un respaldo financiero cercano a los 9.000 millones de dólares. Según la autoridad, este capital permitiría reforzar las reservas del BCB y generar las condiciones necesarias para liberar las restricciones que hoy impiden el retiro de dólares de los bancos.
Un plazo “corto” para una problemática profunda
El Gobierno planteó un horizonte de dos a tres trimestres —equivalente a seis a nueve meses— para normalizar la disponibilidad de dólares en el sistema financiero. Este periodo fue calificado como “relativamente corto”, considerando la magnitud del desbalance actual. La idea central es que, una vez que el Banco Central cuente con un colchón suficiente de reservas, podrá atender la demanda acumulada y destrabar una situación que, según palabras del ministro, ha sido “negativa para el ahorrista”.

Sin embargo, este enfoque de recuperación basada en financiamiento externo plantea interrogantes: ¿Es sostenible depender del endeudamiento para resolver un problema estructural? ¿Qué medidas complementarias deberían acompañar la inyección de liquidez para evitar que el país vuelva a enfrentar una crisis similar?
La necesidad de una estrategia de generación de divisas
Si bien el financiamiento internacional puede ofrecer un alivio inmediato, la estabilidad de largo plazo dependerá de la capacidad del país para generar dólares propios. Esto implica dinamizar sectores exportadores, atraer inversión extranjera, aumentar la competitividad productiva y diversificar la matriz económica.
Por ejemplo, países que atravesaron crisis de divisas similares —como Argentina o Egipto— descubrieron que los créditos externos solo postergan el problema si no se acompañan de reformas que impulsen la producción y el ingreso de divisas genuinas. En el contexto boliviano, industrias como la minería, la agroexportación o el turismo podrían jugar un papel central siempre que exista un plan de fortalecimiento claro, moderno y sostenible.
“Normalizar los retiros en seis a nueve meses dependerá de la fortaleza real que alcance el Banco Central.”
El anuncio del Gobierno boliviano de que los ahorristas podrán recuperar sus dólares en un lapso de seis a nueve meses representa una luz de esperanza en medio de un escenario económico tenso. No obstante, la solución propuesta —basada en financiamiento externo y reconstrucción de reservas— solo será efectiva si se articula con una estrategia de largo plazo orientada a generar divisas y a restaurar la confianza en el sistema financiero.
La crisis actual deja una lección evidente: para evitar futuros episodios de escasez, Bolivia necesita fortalecer su economía desde adentro, apostar por sectores estratégicos y asegurar que las reservas internacionales no dependan exclusivamente del endeudamiento. Solo así será posible garantizar una recuperación sostenible y proteger el ahorro de los ciudadanos.
