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Bolivia abre su mercado al internet satelital, pero precios y regulación generan dudas

El Decreto Supremo 5509 marca un hito en la conectividad boliviana al permitir la entrada de proveedores de internet satelital como Starlink, OneWeb y Amazon Leo. La medida promete ampliar la cobertura, mejorar la velocidad y reducir la brecha digital, aunque expertos advierten que los costos serán elevados y que aún existen vacíos regulatorios importantes en aspectos de fiscalización, manejo de datos y protección de la privacidad de los usuarios.

El desafío será equilibrar innovación, accesibilidad y seguridad de los datos, asegurando que el internet satelital cumpla su promesa de cerrar la brecha digital.

El presidente Rodrigo Paz destacó que el decreto busca garantizar “internet real, accesible, funcional y permanente” para todos los bolivianos, sin distinción de ubicación geográfica ni condición social. La expectativa es que la tecnología satelital llegue a zonas urbanas, rurales y montañosas, donde la fibra óptica aún enfrenta limitaciones.

Eliana Quiroz, investigadora de la Fundación Internet Bolivia, subraya que los satélites de órbita baja pueden ofrecer cobertura más amplia que la infraestructura terrestre, pero el precio limita su acceso: “El servicio puede costar entre 250 y 400 dólares mensuales, más el módem, que se paga solo una vez. Esto lo hace inaccesible para muchas familias, especialmente en áreas rurales”.

Hugo Miranda, oficial de Economía Digital de la misma fundación, coincide en que el pago del servicio en dólares representa un obstáculo para la población rural: incluso con fibra óptica disponible, muchos hogares no pueden asumir el costo mensual, que puede superar los 100 bolivianos.

Los precios internacionales sirven como referencia: el plan residencial estándar de Starlink ronda los 110-120 dólares al mes, con un equipo inicial de unos 599 dólares. Planes más económicos, como el Residential Lite, ofrecen velocidades reducidas por aproximadamente 50 dólares mensuales. En el caso de OneWeb, su enfoque corporativo y mayorista genera tarifas superiores a los 1.000 dólares mensuales. Amazon Leo aún no ha publicado precios para usuarios individuales, ya que el servicio está en fase de expansión global.

Además del costo, la regulación es otro punto crítico. La infraestructura de internet satelital es considerada crítica, pero según Quiroz, no existe claridad sobre cómo se manejarán los datos, quién tendrá acceso a ellos ni cómo se protegerá la privacidad de los usuarios. “Estas empresas operan bajo las leyes de sus países de origen y no bajo la normativa boliviana, lo que genera riesgos de soberanía de datos”, afirmó.

Miranda agrega que la Agencia de Telecomunicaciones de Bolivia (ATT) será clave para fiscalizar a los operadores extranjeros, pero dependerá de la reglamentación que se publique próximamente. Sin una ley de protección de datos efectiva, los expertos advierten que podría ser difícil garantizar que la información de los bolivianos esté protegida.

El Decreto Supremo 5509 representa un paso importante hacia la modernización de la conectividad en Bolivia, con el potencial de llevar internet de alta velocidad a lugares que hasta ahora permanecían desconectados. Sin embargo, el acceso a esta tecnología dependerá tanto de la capacidad de pago de los usuarios como de la efectividad de la regulación estatal.

El servicio puede costar entre 250 y 400 dólares mensuales, más el módem, que se paga solo una vez. Esto lo hace inaccesible para muchas familias, especialmente en áreas rurales.

En definitiva, mientras la medida abre oportunidades para escuelas, centros de salud y municipios, el desafío será equilibrar innovación, accesibilidad y seguridad de los datos, asegurando que el internet satelital cumpla su promesa de cerrar la brecha digital sin dejar a la mayoría de la población fuera.

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