Agilidad mental: el nuevo músculo del liderazgo en tiempos inciertos

En un entorno marcado por la incertidumbre, la flexibilidad mental dejó de ser un lujo para convertirse en una habilidad de supervivencia. Así lo advierte el experto Carlos Jacks, quien reflexiona sobre la capacidad de adaptación como la brújula imprescindible del liderazgo contemporáneo.
“La flexibilidad no es una opción; es la imperiosa necesidad que nos permite no solo sobrevivir, sino prosperar y liderar en este complejo ecosistema”, sostiene Jacks, retomando una idea que también defendía el físico Stephen Hawking: «La inteligencia es la capacidad de adaptarse al cambio»
.La era de la estabilidad terminó. Hoy, la globalización, las tensiones geopolíticas, los avances tecnológicos y los desafíos medioambientales configuran un mundo en constante reinvención. Frente a este panorama, los ejecutivos que se aferran a estructuras rígidas y formas de pensamiento únicas están condenados a la obsolescencia. En cambio, quienes cultivan una mente abierta, flexible y resiliente logran anticiparse y prosperar.
La inteligencia es la capacidad de adaptarse al cambio”, Stephen Hawking.
Jacks plantea que, si entendemos la inteligencia como la capacidad de aprender, entender y tomar decisiones, entonces la flexibilidad es un componente inherente. “Estamos inmersos en un mundo con 8.000 millones de formas distintas de percibir la realidad. Solo quien logre observar con apertura podrá navegar con eficacia esta complejidad”.
Esta premisa no se limita a lo conceptual: tiene implicaciones prácticas. Recordó un episodio ilustrativo con un alto ejecutivo europeo frustrado tras negociar en Indonesia. “¿Cuándo van a cambiar?”, preguntaba. La respuesta fue tajante: “Nunca. El diferente eres tú”.
La anécdota revela cómo la adaptación cultural y la humildad son condiciones esenciales para liderar en un mundo global.
Flexibilidad no significa relativismo, sino capacidad de ver más allá del propio ego. Implica aceptar visiones distintas, aprender de ellas y operar con fluidez. Para Jacks, la agilidad mental permite tomar mejores decisiones, manejar la ambigüedad sin parálisis y resolver problemas de forma creativa.
“Aferrarse a paradigmas obsoletos es una receta para la irrelevancia”, advierte. La clave está en mantener una mente en constante expansión, capaz de incorporar nueva información y adaptarse sin perder el rumbo. En este sentido, liderar no es solo dirigir: es sintonizar con la realidad cambiante, sin perder la brújula del propósito.