Coyuntura

Apple ya no lidera el mercado de smartphones: el nuevo equilibrio global de la industria móvil

Durante el primer trimestre de 2025, el mundo de los smartphones experimentó un reordenamiento silencioso pero significativo: Apple perdió el liderazgo global en ventas, y Samsung retomó el primer puesto. Aunque la diferencia fue mínima, este cambio simboliza mucho más que una variación numérica: refleja las tensiones geopolíticas, los movimientos estratégicos de las grandes marcas y el nuevo ritmo con el que avanza el mercado.

Samsung cerró el primer trimestre con más de 60 millones de unidades vendidas y una participación del 20,1%, superando por apenas 0,6 puntos porcentuales a Apple. Esta ventaja se cimentó en el éxito de su nueva línea Galaxy S25, donde destaca el Galaxy S25 Ultra, un equipo de gama alta con cámara mejorada, pantalla AMOLED de última generación y funcionalidades potenciadas por inteligencia artificial.

La firma surcoreana también se enfocó en su gama media, con modelos como el Galaxy A56 y A36, lo que le permitió abarcar diversos públicos y adaptarse a una demanda que, aunque moderada, sigue activa.

Xiaomi combina hardware de lata gama con precios accesibles y fortalece sus dominio en mercados emergentes.

Apple, por su parte, logró el mejor primer trimestre de su historia con 58 millones de unidades vendidas y una cuota de mercado del 19,5%. Parte de este rendimiento se debe a envíos anticipados frente a la amenaza de nuevos aranceles y al posible retraso del iPhone 17. Aunque el segmento premium muestra señales de desaceleración, Apple sostiene su fuerza gracias a un ecosistema integrado que abarca desde el iPhone hasta el Apple Watch, reforzado con servicios como iCloud y Apple One.

Durante la WWDC 2025, la compañía reafirmó su apuesta por la experiencia fluida entre dispositivos y un control vertical que sigue siendo su principal ventaja competitiva frente a marcas con sistemas abiertos.

En tercera posición, Xiaomi se mantiene firme con el 13,9% del mercado, impulsado por su presencia en mercados emergentes y una política de precios agresiva. En este trimestre, su buque insignia fue el Xiaomi 15 Ultra, desarrollado en colaboración con Leica. Su sistema de cámaras, con zoom digital de 120x y sensor de 1 pulgada, fue aclamado por su rendimiento, consolidando a la marca como una opción potente y accesible.

Samsung volvió al primer lugar, pero lo hizo en un contexto delicado, donde cada marca debe anticiparse a los cambios.

Aunque las marcas chinas enfrentan una caída en mercados occidentales, los subsidios estatales en China han permitido a empresas como Xiaomi, Vivo y OPPO mantener altos niveles de producción y sostener su participación global.

El trasfondo de este reordenamiento es un mapa global en constante tensión. La posibilidad de un arancel del 30% a productos fabricados fuera de EE. UU. ha generado una carrera contrarreloj entre los fabricantes. Algunos, como Apple, afinan su logística y diversifican sus fábricas hacia India y Vietnam; otros, como Samsung, evitan el ruido mediático pero ajustan su producción para minimizar impactos.

Expertos como Francisco Jerónimo, de IDC, advierten que esta estrategia de adelantar envíos no es sostenible si la incertidumbre macroeconómica frena el consumo, especialmente en países donde las operadoras dominan las ventas de móviles.

Apple sostiene su fuerza gracias a un ecosistema cerrado que fideliza al usuario como ningún otro.

El ranking de ventas de smartphones ya no se trata solo de innovación o diseño: hoy es una competencia marcada por decisiones políticas, movimientos logísticos y la capacidad de adaptación empresarial. Samsung volvió al primer lugar, pero lo hizo en un contexto delicado, donde cada marca debe anticiparse a cambios rápidos y, sobre todo, resistir.

Mientras tanto, Apple sigue demostrando que su fortaleza no depende solo de hardware, sino de su capacidad de crear un ecosistema cerrado que fideliza al usuario. Xiaomi, por su parte, refuerza su papel como el gran jugador en mercados emergentes. El tablero de los smartphones está lejos de estar definido, pero está claro que el liderazgo ahora se gana más con visión geopolítica que solo con tecnología.

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