Coyuntura

Bolivia redefine su comercio con nuevos puertos y corredores estratégicos

Bolivia atraviesa un momento crucial en su inserción en el comercio internacional. Los puertos tradicionales en Chile ya no son el único eje; ahora el país se abre hacia el sur peruano, corredores bioceánicos y megaproyectos portuarios que prometen transformar la próxima década. Esta expansión no solo redefine la logística comercial, sino que plantea un desafío directo a la producción nacional y a la formación de capital humano capacitado para enfrentar un mercado global en constante cambio.

El comercio boliviano se encuentra en plena transformación. Los datos recientes muestran un crecimiento exponencial en el uso de nuevos puertos, con el ejemplo del puerto de Matarani, en Arequipa, que reportó un incremento cercano al 600% en toneladas movilizadas entre 2023 y 2024. Asimismo, puertos como Jennifer y megaproyectos como Corío, con capacidad para 100 millones de toneladas al año, consolidan un corredor bioceánico que conecta Bolivia con Brasil, Paraguay y el Pacífico, combinando transporte marítimo, ferroviario y aéreo.

Otro puerto estratégico es Chancay, en Perú, con capacidad para recibir buques de hasta 24.000 contenedores y reducir los tiempos de transporte hacia Asia. Este proyecto, con inversión total que podría superar los 3.400 millones de dólares, se perfila como una alternativa competitiva para los exportadores bolivianos, siempre que se consoliden las rutas terrestres y la logística nacional.

“El comercio boliviano se redefine con la llegada de nuevos puertos y corredores bioceánicos hacia Asia y Sudamérica.”

Si bien la infraestructura abre nuevas oportunidades, la verdadera clave está en la producción nacional. Bolivia necesita garantizar estabilidad, continuidad y estándares de calidad que permitan aprovechar estas rutas. Según Andrea Cisneros, directora de Ingeniería Comercial en Unifranz, el país podría ingresar en mercados internacionales como suplente temporal, pero el objetivo debería ser construir una base productiva sólida y confiable. Esto incluye cumplir con compromisos de manera constante frente a desafíos climáticos y políticos, asegurando que los productos nacionales sean competitivos y confiables en los mercados globales.

El auge portuario también representa una oportunidad educativa y profesional. La apertura de corredores y puertos exige profesionales capacitados para gestionar, innovar y transformar la producción nacional. En este contexto, modelos educativos como el de la carrera de Ingeniería Comercial en Unifranz, centrado en el aprendizaje práctico desde el primer día, se vuelven estratégicos. La formación de capital humano competitivo permitirá que Bolivia no solo participe en el comercio internacional, sino que lo haga de manera sólida y sostenible, asegurando innovación, buenas prácticas y adaptación a los estándares globales.

El mapa comercial de Bolivia se redefine con la llegada de nuevos puertos, corredores bioceánicos y megaproyectos que conectan al país con Asia, Brasil, Paraguay y el Pacífico. No obstante, la infraestructura por sí sola no garantiza éxito; la producción nacional, la formación de profesionales y la capacidad de innovación serán los factores determinantes. Bolivia enfrenta una oportunidad histórica: transformar su comercio internacional y formar la próxima generación de líderes capaces de llevar al país a un nivel competitivo global, donde la logística, la educación y la innovación converjan para sostener un crecimiento sostenible.

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