Doctrina Donroe: La visión de Trump sobre América Latina en su estrategia de seguridad nacional

La reciente Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos ha reavivado la influencia histórica de la doctrina Monroe, pero con un enfoque propio del gobierno de Donald Trump. Apodada “Doctrina Donroe”, esta propuesta combina los principios del siglo XIX con los intereses estratégicos y económicos contemporáneos de Washington en América Latina. La región se percibe no solo como un espacio de oportunidades comerciales, sino como un área crítica para la seguridad interna estadounidense, especialmente frente a la inmigración ilegal, el narcotráfico y la competencia de potencias extranjeras.
Según el documento publicado por la Casa Blanca, Trump busca reafirmar la preeminencia estadounidense en el hemisferio occidental. Para ello, propone medidas tanto de presión como de incentivos: desde el bloqueo de buques petroleros sancionados en Venezuela hasta rescates financieros estratégicos, como el otorgado a Argentina. La estrategia se inspira en la antigua política “América para los americanos”, pero adaptada a los desafíos contemporáneos, incluyendo la protección de las fronteras, la lucha contra los cárteles y la contención de incursiones extranjeras, implícitamente hacia China.
Expertos como Will Freeman del Council on Foreign Relations señalan que la Doctrina Donroe es una reinterpretación de una vieja idea, ofreciendo una justificación ideológica para la intervención selectiva en la región, con especial énfasis en la migración y la seguridad. Por su parte, Bernabé Malacalza, investigador argentino, sostiene que América Latina ha adquirido un lugar prioritario en la agenda estadounidense, al considerarla parte de su frontera de seguridad interna. Esta nueva atención hemisférica refleja un cambio en la percepción histórica de la región: de ser un área secundaria a ser un componente central de la estrategia global de EE.UU.
“La Doctrina Donroe combina diplomacia, incentivos económicos y presión militar para reforzar la influencia estadounidense en Latinoamérica.”
En materia económica, la política de Trump busca consolidar acuerdos comerciales recíprocos, promover el nearshoring y fortalecer a aliados estratégicos. La lógica es clara: un hemisferio occidental económicamente más fuerte genera mercados atractivos para Estados Unidos y estabiliza la región según los intereses estadounidenses. Este enfoque combina presión y recompensa, alentando a gobiernos alineados a adoptar políticas que favorezcan la estabilidad, la inversión y la seguridad compartida.
El uso de la fuerza también forma parte del planteamiento estratégico. La Casa Blanca menciona la posibilidad de despliegues específicos y del uso de la fuerza letal como disuasión frente a amenazas que comprometan la seguridad estadounidense. Este enfoque recuerda a la filosofía de “paz por medio de la fuerza” promovida por Ronald Reagan, consolidando una política de poder basada en la superioridad militar como garante de estabilidad regional.
La Doctrina Donroe refleja la intención de Donald Trump de adaptar principios históricos a los desafíos actuales, priorizando la seguridad, el control migratorio y la estabilidad económica en América Latina. Sin embargo, más allá de los despliegues militares y las sanciones, el eje central sigue siendo la percepción de la región como fuente de amenazas que deben gestionarse, en lugar de oportunidades a aprovechar. Esta estrategia combina diplomacia, incentivos económicos y presión coercitiva, delineando un modelo de influencia estadounidense que, aunque inspirado en el pasado, responde a las dinámicas geopolíticas y comerciales del presente.
