EE.UU. inicia el auxilio financiero a Argentina: qué implica el “swap” de divisas entre Trump y Milei

El reciente anuncio del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, marca un punto de inflexión en las relaciones financieras entre Washington y Buenos Aires. Tras varios días de intensas negociaciones, el gobierno estadounidense confirmó el inicio del auxilio económico a Argentina, un paso que busca contener la crisis cambiaria y fortalecer la gestión del presidente Javier Milei, en la antesala de las elecciones legislativas del 26 de octubre.
El acuerdo incluye un “swap” de monedas por valor de 20.000 millones de dólares entre el Tesoro estadounidense y el Banco Central de la República Argentina (BCRA). Aunque a simple vista puede parecer un préstamo convencional, el mecanismo tiene una naturaleza distinta y estratégica: no es una entrega directa de dinero, sino una línea de crédito contingente que se activa solo bajo determinadas condiciones.
El “swap” como herramienta de rescate y estabilidad
En términos financieros, un swap de divisas es un intercambio temporal de monedas entre dos bancos centrales, que permite a cada parte disponer de la divisa del otro país durante un tiempo acordado. En la práctica, funciona como un préstamo de corto plazo, pero con una diferencia clave: no genera endeudamiento inmediato, sino que se mantiene como una reserva potencial que puede activarse en caso de necesidad.
El gobierno estadounidense busca mantener la narrativa de cooperación estratégica sin comprometer fondos de manera directa.
Estados Unidos utiliza este tipo de acuerdos desde la década de 1960, y los ha reactivado en momentos de turbulencia global, como la crisis de 2008 y la pandemia de 2020. Su objetivo es proteger la estabilidad del sistema financiero internacional y evitar la escasez de dólares en economías estratégicas.
En el caso de Argentina, el swap busca fortalecer las reservas internacionales y restaurar la confianza de los mercados, en medio de una severa falta de divisas y una inflación persistente que ha erosionado la capacidad de pago del país.
“El swap no es un préstamo inmediato, sino una red de seguridad que puede utilizarse cuando las reservas están en riesgo”, explican analistas del sector. Es decir, Argentina no recibe los dólares directamente, pero sí obtiene la posibilidad de acceder a ellos en caso de emergencia, bajo un esquema pactado con el Tesoro estadounidense.
El respaldo político de Trump a Milei
Más allá del aspecto financiero, el acuerdo tiene una lectura política evidente. El expresidente Donald Trump, hoy nuevamente en el poder, ha mostrado un respaldo abierto a Javier Milei, a quien considera un aliado ideológico en la región.
La operación llega en un momento clave: con la economía argentina estancada, los salarios rezagados y los tipos de interés en niveles históricamente altos, el gobierno de Milei enfrentaba dificultades crecientes para sostener el tipo de cambio y cumplir los compromisos asumidos con el Fondo Monetario Internacional (FMI), especialmente el de acumular reservas en dólares.
En este contexto, la intervención de Washington actúa como un salvavidas político y financiero para el mandatario libertario. La decisión también le permite a Trump reforzar su imagen internacional como líder que “rescata aliados” frente a gobiernos de corte progresista en la región.
“Argentina es un faro en América Latina”, declaró Bessent, destacando la visión liberal de Milei frente a lo que describió como una región “dominada por gobiernos de izquierda”.
Entre la cooperación y la conveniencia
Sin embargo, el acuerdo no está exento de controversias. En Estados Unidos, algunos legisladores demócratas han cuestionado el uso de recursos del Tesoro para asistir a un país extranjero mientras el propio gobierno enfrenta un cierre parcial por falta de presupuesto.
Los críticos señalan que Trump podría estar utilizando el swap como una herramienta de influencia política, más que como una medida estrictamente económica. El carácter transaccional del expresidente alimenta las sospechas de que detrás del acuerdo podría haber compromisos o condiciones futuras favorables a Washington.
Por su parte, el Tesoro estadounidense ha insistido en que “no se está entregando dinero público”, sino estableciendo un mecanismo financiero que no implica desembolso inmediato, sino la posibilidad de intercambio de divisas bajo reglas específicas.
De esta manera, el gobierno estadounidense busca mantener la narrativa de cooperación estratégica sin comprometer fondos de manera directa.
Una estrategia de supervivencia económica
Para Milei, este acuerdo llega como un respiro. El swap con Estados Unidos complementa los mecanismos ya existentes con otros países, como el Banco Central de China, con quien Argentina mantiene desde 2009 un acuerdo similar para operar en yuanes.
El respaldo de una potencia como EE.UU., sin embargo, tiene un peso político y simbólico mayor, especialmente ante los mercados internacionales, que ven en esta alianza una señal de estabilidad.
El swap no es un préstamo inmediato, sino una red de seguridad que puede utilizarse cuando las reservas están en riesgo.
Aunque aún no se conocen los detalles técnicos del acuerdo —tasas, plazos y condiciones—, los analistas coinciden en que el swap con EE.UU. podría servir como una “ancla de confianza” en un momento en que la economía argentina transita por una delgada línea entre la recuperación y el colapso.
Una alianza que trasciende las finanzas
El swap entre Washington y Buenos Aires va más allá de un simple intercambio monetario. Representa una alianza política, económica y simbólica que refuerza el vínculo entre dos gobiernos ideológicamente afines, y al mismo tiempo, una apuesta por estabilizar una economía históricamente frágil.
Si bien el acuerdo ofrece alivio inmediato a la administración de Milei, también la compromete a mantener una relación de dependencia estratégica con Estados Unidos en el mediano plazo.
En un escenario donde la confianza vale más que los dólares, el respaldo de Trump podría otorgar a Argentina un respiro temporal. Sin embargo, la verdadera prueba será si este auxilio logra traducirse en estabilidad duradera o si, como en el pasado, se convierte en otro episodio de alivio efímero en la larga historia de crisis financieras del país.