El alfajor argentino: de kiosco escolar a ícono mundial de la repostería

El alfajor, ese clásico infaltable en los kioscos, las meriendas familiares o los viajes en ruta, acaba de dar un salto histórico: fue elegido como la mejor galleta del mundo en el ranking internacional elaborado por TasteAtlas. Para los argentinos, este dulce nunca fue solo una golosina; representa tradición, identidad y una forma de compartir. Ahora, el reconocimiento global confirma que lo que en Argentina se intuía desde siempre —que detrás de dos tapas suaves y un corazón de dulce de leche hay algo universalmente irresistible, también lo entienden los paladares del mundo.
TasteAtlas: el mapa de los sabores del mundo
La distinción no proviene de cualquier sitio. TasteAtlas, creado en 2018 por el periodista croata Matija Babić, funciona como una enciclopedia digital de la gastronomía mundial. Su propósito es rescatar los sabores auténticos que forman parte de la identidad cultural de cada región, diferenciándose de guías que se enfocan en la alta cocina.
“El alfajor fue elegido como la mejor galleta del mundo en el ranking de TasteAtlas.”
El portal combina investigación editorial con valoraciones de miles de usuarios que califican platos y comparten experiencias. En pocos años se transformó en una referencia global: sus rankings de pizzas, panes, sopas o postres suelen viralizarse y generar orgullo o debates nacionales. El reciente triunfo del alfajor argentino en la categoría de galletas vuelve a colocar a la gastronomía local en el centro de la conversación internacional.
Los compañeros de podio
Aunque el alfajor se quedó con el primer lugar, otros dulces tradicionales también lograron destacar:
- Melomakarona (Grecia): galletas de Navidad elaboradas con aceite de oliva, harina, ralladura de naranja y especias, bañadas en miel y espolvoreadas con nueces. Son símbolo de hospitalidad y celebración.
- Chocolate chip cookie (Estados Unidos): nacida en la década del 30 en Massachusetts, se convirtió en la galleta más famosa del planeta, presente en cafeterías y cadenas globales.
- Stroopwafel (Países Bajos): dos obleas finas rellenas de caramelo espeso que se disfrutan colocándolas sobre una taza caliente para que el relleno se derrita.
- Marranito (México): pan dulce en forma de cerdito elaborado con piloncillo y especias, típico de las panaderías tradicionales y acompañante habitual del café con leche.
Este listado refleja que la repostería no solo es cuestión de sabor, sino de identidad y costumbre cultural.

El valor cultural del alfajor
El reconocimiento internacional del alfajor trasciende la repostería: reafirma un rasgo profundo de la identidad argentina. Cada bocado conecta con la infancia, la amistad, los viajes y hasta con la pausa del día laboral. Es un producto que ha sabido reinventarse, pasando de recetas artesanales a industrias con proyección exportadora, sin perder su esencia.
“Este reconocimiento confirma que lo auténtico y cotidiano puede transformarse en un ícono universal.”
En un contexto de globalización gastronómica, el alfajor demuestra que lo auténtico y cotidiano puede convertirse en un ícono universal. Que hoy el mundo lo elija como la mejor galleta no solo celebra su sabor, sino también la historia y el ingenio que lo convirtieron en parte del ADN argentino.
El triunfo del alfajor argentino en TasteAtlas no es un simple premio: es la confirmación de que la gastronomía puede ser un puente cultural capaz de emocionar más allá de fronteras. Entre dos tapas y un relleno de dulce de leche, Argentina exporta mucho más que un postre: comparte tradición, creatividad y un pedacito de su identidad con el mundo.