Coyuntura

Fortaleza en la Tormenta: Cómo América Latina Puede Resistir una Recesión Global Gracias a sus Commodities

En un contexto internacional marcado por crecientes tensiones comerciales, ajustes arancelarios y un panorama económico incierto, muchas economías luchan por mantener su estabilidad. Sin embargo, los países latinoamericanos con economías centradas en la exportación de commodities parecen tener una carta a su favor: sus recursos naturales, su escala de producción y su diversificación comercial. Un reciente informe de Moody’s Ratings revela que estas naciones podrían sortear mejor una eventual recesión global que otros países con estructuras económicas distintas.

Las fricciones comerciales entre gigantes como Estados Unidos y China han afectado las decisiones de inversión a escala mundial. Esto no solo ralentiza el crecimiento económico de ambas potencias —y del G20 en general—, sino que reconfigura los flujos comerciales tradicionales. En este contexto, América Latina muestra una interesante dualidad: mientras economías como la mexicana, enfocada en la exportación de bienes manufacturados, se tornan más vulnerables, otras como Brasil, Chile, Perú y Colombia podrían contar con un mayor margen de maniobra gracias a su enfoque en commodities.

La diversificación de mercados en el sector agroexportador mitiga la dependencia de China.

Estos países exportan productos como minerales, petróleo, alimentos y papel, recursos cuya demanda continúa siendo alta, especialmente desde China, su principal socio comercial. Si bien una desaceleración en el gigante asiático podría presionar a la baja los precios de los commodities, la ventaja estructural de los latinoamericanos radica en su capacidad de producción a gran escala y en la abundancia de reservas naturales, especialmente en minería y agricultura.

Chile y Perú, por ejemplo, no solo tienen algunas de las mayores reservas mineras del mundo, sino que también han logrado consolidar operaciones eficientes, capaces de mantener competitividad incluso en entornos adversos. Asimismo, el sector agroindustrial —como el de proteínas animales— ha sabido diversificar sus mercados de exportación, lo que reduce su exposición exclusiva a la demanda china.

Las economías latinoamericanas centradas en commodities podrían enfrentar mejor una recesión global que otras regiones.

Sin embargo, no todo es fortaleza. Los fabricantes latinoamericanos de productos industriales, como acero y químicos, enfrentan desafíos crecientes. Los aranceles impuestos por EE.UU. podrían abrir paso a un incremento de importaciones de terceros países en sus propios mercados, presionando sus márgenes de ganancia y elevando la competencia local. Además, las nuevas dinámicas del comercio internacional, aún en evolución, podrían generar impactos indirectos difíciles de anticipar a corto plazo.

América Latina no es ajena a las turbulencias económicas globales, pero su ventaja como región productora de commodities representa un amortiguador estratégico frente a la recesión. La dependencia mutua con China, la escala de sus sectores extractivos y agroindustriales, así como la diversificación de sus mercados, ofrecen una base sólida para enfrentar la incertidumbre. No obstante, el panorama exige vigilancia constante y adaptación inteligente por parte de los gobiernos y sectores privados, para aprovechar las ventajas competitivas sin perder de vista los riesgos que impone la nueva arquitectura del comercio mundial.

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