Gestión del Talento Humano

Generación Z enfrenta un mercado laboral con menos oportunidades de ingreso: empresas deben replantear su gestión de talento

La Generación Z, la más joven en incorporarse al mundo laboral, enfrenta un escenario marcado por mayor competencia, disrupción tecnológica y un preocupante declive en los empleos de nivel inicial, según un reciente estudio global de Randstad que analizó 126 millones de ofertas de trabajo y encuestó a más de 11.000 talentos en todo el mundo.

El informe revela que las ofertas laborales para principiantes se redujeron en 29 puntos porcentuales desde enero de 2024, lo que representa una fuerte barrera para que los jóvenes puedan comenzar sus trayectorias profesionales en condiciones favorables. Esta situación se da en un contexto paradójico: aunque las empresas reportan escasez de talento, los puestos de entrada disminuyen, dejando a los jóvenes con menos opciones para desarrollarse en un entorno cada vez más competitivo.

El desafío es crear entornos donde los jóvenes puedan convertir su potencial en resultados sostenibles, equilibrando tecnología y acompañamiento humano.

La investigación muestra además que casi la mitad de los jóvenes reconoce que su empleo actual no se alinea con sus metas profesionales a largo plazo, y que la permanencia promedio de la Generación Z en un trabajo inicial es de solo 1,1 años, frente a los 1,8 de los millennials o los casi 3 años de generaciones anteriores. Este fenómeno refleja una dinámica laboral más volátil y abre un desafío para las áreas de Gestión del Talento Humano (GTH): cómo crear condiciones para inspirar confianza y retener a los jóvenes trabajadores.

Otro aspecto crítico identificado es la brecha de confianza derivada de factores educativos y socioeconómicos. Dos de cada cinco jóvenes aseguran que su formación académica o antecedentes personales limitan sus posibilidades de acceder al trabajo que desean, un porcentaje mayor al de generaciones previas. Este dato evidencia que la falta de igualdad de condiciones al ingresar al mercado laboral sigue siendo una de las principales barreras estructurales.

Dos de cada cinco jóvenes reconocen que su formación o antecedentes limitan sus posibilidades de acceder al trabajo que desean.

En paralelo, el estudio destaca que la Generación Z muestra gran apertura hacia la inteligencia artificial (IA): el 55% ya la utiliza en su trabajo y la mayoría manifiesta entusiasmo por su potencial. Sin embargo, también es la generación con mayor preocupación por los riesgos que implica la automatización, especialmente por el impacto en la estabilidad de sus puestos. En este contexto, las empresas enfrentan el reto de diseñar programas de formación equitativos que garanticen acceso a la capacitación tecnológica tanto para hombres como para mujeres, cerrando las actuales brechas de género en este ámbito.

Desde la perspectiva de la GTH, Randstad recomienda a las organizaciones invertir en programas de nivel inicial, modernizar sus estrategias de aprendizaje con metodologías digitales y crear trayectorias profesionales claras que ofrezcan hitos visibles de progreso. Además, se subraya la necesidad de fomentar culturas organizacionales basadas en la confianza, que reduzcan las inseguridades de esta generación y potencien su ambición natural de aprendizaje y desarrollo.

En conclusión, la Generación Z representa un talento con energía, ambición y disposición tecnológica sin precedentes, pero requiere de estructuras empresariales más flexibles y humanas. Para los líderes en gestión del talento, el desafío es claro: crear entornos donde los jóvenes puedan convertir su potencial en resultados sostenibles, equilibrando la innovación tecnológica con el acompañamiento humano.

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