Coyuntura

Impulso al Agroexportador: Bolivia Eleva su Cupo de Exportación de Soya por Mayor Rendimiento Agrícola

El sector agrícola boliviano atraviesa un momento favorable gracias al notable incremento en los rendimientos del cultivo de soya, lo que ha permitido al Gobierno autorizar un significativo aumento en las exportaciones de este grano. Esta decisión no solo responde a un mejor desempeño productivo, sino también a una estrategia orientada a dinamizar la economía del país, manteniendo al mismo tiempo el equilibrio entre el abastecimiento interno y el comercio exterior.

Durante la campaña agrícola 2024-2025, Bolivia alcanzó un rendimiento promedio de 2,27 toneladas de soya por hectárea, superando de manera considerable las 1,80 toneladas registradas en el periodo anterior. Este salto productivo ha motivado al Gobierno a autorizar la exportación de hasta 250 mil toneladas del grano, lo que representa un incremento del 23,7% en comparación con la gestión previa.

Entre 2021 y 2024, el complejo soya generó más de 682 millones de dólares en exportaciones.

El viceministro interino de Comercio y Logística Interna, Luis Miguel Murillo, explicó que la medida fue adoptada una vez que se constató que el 90% de la cosecha ya había sido completada, asegurando así que no se compromete el suministro interno. A pesar de algunos reclamos por demoras en la emisión de permisos, la autoridad remarcó que la prioridad fue garantizar el abastecimiento nacional, especialmente frente a los efectos de fenómenos climáticos adversos durante los primeros meses del año.

El proceso de siembra se llevó a cabo entre diciembre y enero, y la cosecha tuvo lugar entre marzo y mayo. Este calendario agrícola fue determinante para establecer los plazos adecuados para las decisiones de exportación.

El complejo soya en Bolivia —que incluye grano, aceites y torta— ha mostrado una evolución positiva en los últimos años. Entre 2021 y 2024, las exportaciones totalizaron 1,3 millones de toneladas, generando ingresos por 682,3 millones de dólares. En contraste, entre 2016 y 2019 se exportaron apenas 123,2 mil toneladas, con un valor de 45,5 millones de dólares. Actualmente, la distribución de exportaciones está liderada por la torta de soya (55%), seguida del aceite (37%) y el grano (8%).

Bolivia alcanzó un rendimiento promedio de 2,27 toneladas por hectárea, superando el ciclo agrícola anterior.

Este crecimiento evidencia un fortalecimiento de la agroindustria boliviana y una mayor capacidad para posicionar productos con valor agregado en el mercado internacional, lo cual también genera un efecto positivo en el empleo, la inversión y la tecnología aplicada al campo.

El incremento del cupo de exportación de soya en Bolivia no solo es un reflejo del esfuerzo del sector agrícola y del avance en términos de productividad, sino también una señal de que el país está consolidando su capacidad como proveedor confiable en el mercado global. Con un enfoque equilibrado que prioriza tanto el mercado interno como la apertura internacional, Bolivia avanza hacia una gestión agroexportadora más estratégica y sostenible. Este tipo de decisiones, si se acompañan de políticas de innovación, asistencia técnica y apoyo al productor, podrían marcar una nueva etapa para la agricultura nacional con impactos positivos a largo plazo.

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