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Marketing en movimiento: cómo las marcas convierten la carretera en un escenario publicitario

El marketing experiencial vive una nueva etapa: ya no se limita a las pantallas ni a los puntos de venta, sino que invade el espacio público con acciones que transforman lo cotidiano en espectáculo. Ejemplo de ello son las recientes campañas de McDonald’s en Nueva Zelanda y YPF en Argentina, dos activaciones que llevaron el concepto de marca más allá de la publicidad tradicional, convirtiendo camiones en plataformas móviles de interacción y conversación digital.

Ambas estrategias coinciden en un principio esencial: cuando la experiencia física se conecta con la viralidad digital, el impacto se multiplica. En un contexto donde la atención del público es un recurso escaso, estas iniciativas ofrecen una lección sobre cómo las marcas pueden conquistar el espacio real sin perder relevancia en el entorno virtual

En Nueva Zelanda, McDonald’s presentó su nueva hamburguesa “Big Arch” con una activación que llevó la idea de grandeza al extremo literal: un camión de carga ancha transportando una versión gigante del producto recorrió las principales carreteras del país.

La campaña, bautizada “Big Arch Arrival Tour” y desarrollada por DDB Group Aotearoa NZ, combinó una estrategia OOH (Out of Home) con una dinámica digital participativa. Los usuarios eran invitados a buscar el camión, fotografiarlo y compartir la imagen en redes sociales con el hashtag #BigArch y la etiqueta @mcdonaldsnz, a cambio de hamburguesas gratis.

“Una hamburguesa tan grande que necesitó su propio transporte: así presentó McDonald’s su ‘Big Arch’ en Nueva Zelanda.”

Más que una simple acción promocional, la marca creó una experiencia de “road trip publicitario” que trasladó el universo McDonald’s fuera del restaurante. Con mensajes humorísticos como “Do not overtake delicious vehicle” o “Honk if you’re Big Macca’s hungry”, el camión funcionó como un cartel itinerante que despertaba curiosidad, interacción y emoción.

El resultado fue una ola de contenido generado por los propios usuarios, miles de menciones en redes sociales y una activación que unió territorio, comunidad y narrativa de marca. En un solo gesto, McDonald’s logró generar awareness, impulsar conversación y posicionar su nuevo producto dentro de su estrategia global de hamburguesas premium.

En paralelo, YPF llevó a cabo en Argentina la acción “Otro Camión”, una campaña ideada por la agencia ISLA Buenos Aires que también apostó por la movilidad como eje narrativo. La propuesta convirtió los más de 2.500 camiones de la petrolera en soportes publicitarios y vehículos de gamificación, invitando al público a participar de un desafío: encontrar el “Camión Dorado” en ruta y registrar su patente en la aplicación oficial de la marca.

La recompensa no era menor: hasta diez años de combustible gratis para los ganadores. La campaña aprovechó la infraestructura logística de YPF como red de contacto masiva, generando una experiencia de búsqueda que mezclaba tecnología, azar y presencia territorial.

“Cada parada del camión se transformó en un momento compartible, multiplicando la visibilidad sin grandes inversiones en medios.”

El éxito de la iniciativa radicó en la llamada “ilusión de frecuencia”: una vez que los usuarios comenzaban a notar los camiones, los percibían constantemente, fortaleciendo el recuerdo de marca. En este sentido, YPF logró resignificar un activo operativo —su flota— en una herramienta emocional de conexión con el consumidor.

Tanto McDonald’s como YPF demuestran que la publicidad exterior ya no es estática. Hoy, los espacios en movimiento —vehículos, rutas, ciudades— se convierten en medios vivos donde las marcas pueden construir experiencias híbridas, combinando la visibilidad física con la viralidad digital.

El denominador común en ambas campañas es la creación de conversación orgánica: los usuarios no solo observan, sino que participan, comparten y transforman la acción en contenido. En un ecosistema saturado de mensajes digitales, estas activaciones ofrecen un recordatorio potente: las experiencias más memorables ocurren cuando una marca logra cruzar la frontera entre lo tangible y lo social.

Así, el marketing del futuro no solo recorrerá caminos, sino que también los hará virales.