Tecnología

Perú regula la Inteligencia Artificial para impulsar un desarrollo ético y sostenible

La Inteligencia Artificial (IA) dejó de ser un concepto futurista para convertirse en un motor clave de innovación, competitividad y modernización. Consciente de su impacto, el Gobierno de Perú aprobó el reglamento de la Ley 31814, una norma pionera en la región que busca integrar la IA al desarrollo económico y social del país bajo un marco ético, seguro y responsable. Este avance coloca a la nación andina en un lugar estratégico en América Latina, al apostar no solo por la innovación tecnológica, sino también por la protección de derechos fundamentales.

El reglamento, presentado por la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), establece que la Secretaría de Gobierno y Transformación Digital será la autoridad nacional encargada de guiar y supervisar el uso de la IA en el país. Esto implica generar lineamientos claros, buenas prácticas y estándares que fortalezcan la confianza digital, además de coordinar con la academia, la empresa privada y la sociedad civil para construir un ecosistema colaborativo.

Un punto central de esta normativa es el rol del Centro Nacional de Innovación Digital e Inteligencia Artificial (Cnidia), que impulsará proyectos de diseño y entrenamiento de sistemas de IA. A diferencia de otras legislaciones que se enfocan únicamente en la regulación de riesgos, Perú apuesta por un entorno de experimentación controlada, donde la innovación pueda florecer sin perder de vista la dignidad humana y el bienestar social.

Con este reglamento, Perú se proyecta como referente regional en la construcción de un ecosistema digital ético y responsable.

La norma también prioriza la formación de talento. Desde la educación básica hasta la superior, se fomentará la alfabetización digital y la enseñanza de competencias en IA, preparando a nuevas generaciones para desenvolverse en la economía digital. Asimismo, se proyecta la creación de laboratorios en universidades y centros de innovación que permitan al país competir con más fuerza en el mercado global.

Otro aspecto destacado es la implementación de mecanismos de transparencia algorítmica y supervisión humana en áreas sensibles, como salud, justicia, educación, finanzas o servicios sociales. Esto busca garantizar que las decisiones automatizadas no sustituyan la responsabilidad humana en contextos críticos. Además, se contemplan auditorías de seguridad y la integración del principio de protección de datos personales desde el diseño de los sistemas, lo que refuerza la prevención frente a riesgos como la vigilancia masiva, la manipulación de decisiones o la discriminación algorítmica.

Con este reglamento, Perú se proyecta como referente regional en la construcción de un ecosistema digital ético y responsable. Al apostar por un equilibrio entre innovación tecnológica y respeto a los derechos humanos, el país no solo impulsa su modernización y competitividad, sino que también establece un modelo que otras naciones podrían seguir. La IA, bajo este enfoque, no es vista como una amenaza, sino como una herramienta estratégica para generar bienestar, crecimiento económico y un Estado más eficiente.

En un contexto donde el avance tecnológico suele superar la capacidad regulatoria, el caso peruano demuestra que es posible combinar visión de futuro con responsabilidad social, marcando un hito en la forma en que América Latina se prepara para enfrentar los desafíos y oportunidades de la cuarta revolución industrial.

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