Planta de Subproductos de Soya en San Julián: Impulso a la Industrialización

En el municipio de San Julián, departamento de Santa Cruz, Bolivia dio un paso significativo hacia la industrialización con la inauguración de la Planta de Transformación de Subproductos de Soya. Este proyecto, promovido como una pieza clave en la estrategia de sustitución de importaciones, busca consolidar un modelo de desarrollo que articule la producción estatal con el sector privado.
Una apuesta por la integración productiva
El viceministro de Políticas de Industrialización, Luis Siles, subrayó que la planta no competirá de forma desleal con las empresas privadas. Por el contrario, se articulará con ellas al ofrecer insumos como aceite crudo, al tiempo que aliviará los compromisos de producción para el mercado interno. Esta redistribución permitirá a las empresas privadas ampliar su capacidad de exportación, garantizando al mismo tiempo el abastecimiento alimenticio en el país.
Esta colaboración plantea un modelo de desarrollo en el que el Estado complementa y fortalece el aparato productivo privado. Por ejemplo, mientras la planta proveerá aceite crudo como materia prima para otras industrias, también procesará aceite refinado destinado a la canasta familiar y productos derivados de la soya como harina, cascarilla y torta, los cuales serán comercializados entre los productores pecuarios.
Capacidad y proyección económica
Con una capacidad de procesamiento de 1.000 toneladas de grano de soya por día, esta factoría representa una inversión superior a los Bs 424,4 millones. Además de diversificar la oferta productiva, el proyecto busca reducir la dependencia de importaciones en sectores clave y contribuir al desarrollo del mercado interno.
El presidente Luis Arce, presente en la inauguración, destacó la importancia de este tipo de iniciativas en el marco de su política de industrialización con sustitución de importaciones. La tradicional ch’alla realizada por los pobladores de San Julián durante el evento simbolizó el respaldo y la esperanza de la comunidad hacia este emprendimiento estatal.
Un modelo estratégico para el desarrollo
Lejos de ser solo una infraestructura más, esta planta tiene el potencial de transformarse en un modelo replicable para otros sectores. Por un lado, fomenta la autosuficiencia productiva, asegurando insumos estratégicos para la industria nacional. Por otro lado, fortalece el comercio exterior al liberar cupos de exportación para el sector privado, lo que podría incrementar la competitividad boliviana en mercados internacionales.