Coyuntura

¿Por qué la economía argentina llegó a depender de la ayuda directa de Trump?

En apenas unos meses, la economía argentina pasó de ser vista como un experimento audaz con amplio respaldo de los mercados, a convertirse en un caso de incertidumbre que obligó al presidente Javier Milei a recurrir al apoyo político y financiero de Estados Unidos. La reciente reunión entre Milei y Donald Trump en Nueva York marcó un punto de inflexión: Argentina necesita oxígeno externo para estabilizarse.

Al asumir la presidencia en diciembre de 2023, Milei logró generar confianza inicial. El Banco Central compró divisas, redujo el déficit fiscal y mostró capacidad de negociación internacional, especialmente con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, esa estrategia chocó contra un problema estructural: la falta de dólares.

“La escasez de dólares y la sobrevaluación del peso llevan a Argentina a depender de apoyo externo.”

Las reservas se agotaron más rápido de lo previsto, lo que obligó a implementar tasas de interés altas que frenaron el crecimiento económico. La situación se agravó en julio, cuando los inversores advirtieron que el país no había acumulado suficientes divisas para honrar sus compromisos. Esa escasez provocó desconfianza, devaluación encubierta y una mayor presión sobre el mercado cambiario.

La crisis no solo responde a factores económicos. Milei también enfrenta una compleja situación política. Su partido perdió las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires, lo que debilitó su imagen ante los mercados. Además, escándalos de corrupción, como la supuesta implicación de su hermana Karina Milei en cobros irregulares, dañaron aún más la confianza.

La falta de mayoría en el Congreso y el rechazo a reformas clave añadieron obstáculos. Los gobernadores, por su parte, presionan por más recursos, mientras la aprobación presidencial cae. En este entorno, cualquier tropiezo político tiene un impacto inmediato en la economía.

Un tercer factor es la sobrevaluación del peso argentino, que economistas estiman entre 20% y 30%. Esta distorsión impide mejorar la competitividad de las exportaciones y limita la entrada de dólares al país. La alternativa sería una depreciación ordenada de la moneda o una flexibilización del régimen cambiario, medidas que conllevan costos sociales y políticos.

La falta de un flujo constante de divisas impide acumular reservas, mientras las importaciones siguen presionando el mercado interno. Sin un superávit comercial sostenido, el Banco Central carece de herramientas para garantizar estabilidad.

“La verdadera prueba será en octubre, cuando Milei enfrente elecciones legislativas decisivas para su programa económico.”

En este escenario, Estados Unidos emergió como un actor clave. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, anunció que “todas las opciones están sobre la mesa” para apoyar a Argentina, incluyendo swaps de divisas, compras de deuda y financiamiento directo. Un respaldo inusual que recuerda al rescate de México en 1994.

El Banco Mundial también aceleró desembolsos por US$4.000 millones, reforzando la señal de confianza internacional. Sin embargo, la gran incógnita es qué condiciones acompañarán a este eventual rescate y qué buscará Washington a cambio.

La economía argentina enfrenta un cóctel de fragilidad: escasez de dólares, peso sobrevaluado y un entorno político inestable. Aunque el respaldo de Trump ofrece un respiro inmediato, no resuelve los problemas estructurales del país. La verdadera prueba llegará en octubre, cuando Milei enfrente elecciones legislativas y deba demostrar si puede sostener su programa económico con apoyo político suficiente.

Argentina vuelve a situarse en un punto crítico de su historia: entre la necesidad de reformas profundas y la dependencia de la ayuda externa.

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