Coyuntura

Solidez financiera en Bolivia informa que la cartera de créditos supera los Bs 226.000 millones y el sistema bancario registra utilidades récord

El sistema financiero boliviano atraviesa un momento de expansión que confirma su papel estratégico dentro de la economía nacional. Los últimos datos de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) al 31 de julio de 2025 revelan un crecimiento sólido en la cartera de créditos y un incremento significativo en las utilidades del sector, lo que refleja confianza en las instituciones bancarias y una mayor inclusión de los ciudadanos en el acceso a servicios financieros.

La cartera de créditos alcanzó los Bs 226.737 millones, cifra que representa un aumento del 4,1% respecto a 2024. Este desempeño estuvo impulsado principalmente por los microcréditos, que se consolidaron como el motor del financiamiento con Bs 70.280 millones, es decir, casi un tercio del total. Le siguen los créditos de vivienda (24%) y los empresariales (24%), mientras que los préstamos para pequeñas y medianas empresas (PYME) sumaron Bs 24.436 millones, confirmando el rol estratégico de este sector en la diversificación económica.

Los créditos de vivienda de interés social han permitido a más de 101.000 familias acceder a un hogar, acumulando un financiamiento superior a Bs 30.000 millones.

El dinamismo no se concentra únicamente en un tipo de crédito, sino que también se refleja en los préstamos de consumo (Bs 21.952 millones), mostrando que la población continúa apostando por inversiones en bienes y servicios que mejoran su calidad de vida. A nivel regional, Santa Cruz lidera ampliamente la cartera, con más del 40% de los créditos otorgados, seguida de La Paz y Cochabamba.

Un dato especialmente relevante es el crecimiento de los créditos productivos, que sumaron Bs 109.446 millones, con un incremento del 7,2% en un año. A esto se suma el impacto social de los créditos de vivienda de interés social, que han permitido a más de 101.000 familias acceder a un hogar, acumulando un financiamiento superior a Bs 30.000 millones.

En cuanto a la solidez del sistema, los indicadores muestran estabilidad: el índice de mora se mantiene en 3,2%, nivel menor al promedio regional, y las previsiones para cubrir cartera vencida alcanzaron una cobertura del 136%, lo que significa que las entidades financieras cuentan con un respaldo adecuado frente a posibles riesgos.

Por el lado de los depósitos, el público continúa confiando en el sistema financiero: el total llegó a Bs 223.936 millones, con un leve aumento del 1% respecto al año anterior. Destacan los depósitos a plazo fijo (48%) y las cajas de ahorro (33%), además del crecimiento sostenido en la bancarización, con más de 17 millones de cuentas registradas, un 10% más que en 2024.

La liquidez del sector también resulta un punto clave, alcanzando los Bs 72.279 millones, mientras que el patrimonio de las entidades creció 9,2%, lo que permitió mantener un Coeficiente de Adecuación Patrimonial del 14,6%, por encima del mínimo legal exigido.

El desempeño financiero se tradujo en resultados concretos: las utilidades del sistema subieron 38,6% interanual, alcanzando los Bs 1.431 millones, una de las cifras más altas de la última década. Este incremento no solo refleja eficiencia en la gestión, sino también un dinamismo en las operaciones que impulsa la confianza de inversionistas y clientes.

La cartera de créditos alcanzó los Bs 226.737 millones, cifra que representa un aumento del 4,1% respecto a 2024.

El panorama financiero en Bolivia evidencia un crecimiento equilibrado que combina expansión crediticia, estabilidad de indicadores y beneficios sociales tangibles. Los microcréditos continúan fortaleciendo a emprendedores, los préstamos de vivienda generan un impacto directo en miles de familias y el sistema mantiene niveles de mora controlados con una cobertura sólida.

Estos resultados muestran a un sector bancario que no solo se consolida como pilar de la economía nacional, sino que también avanza hacia una mayor inclusión financiera y sostenibilidad, elementos claves para afrontar los desafíos de un contexto regional competitivo y en constante cambio.

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