Tor Alva: innovación arquitectónica en las alturas de Suiza

En un rincón montañoso de los Alpes suizos, la innovación y la tradición se entrelazan en una estructura que desafía los límites de la arquitectura contemporánea: Tor Alva, el edificio impreso en 3D más alto del mundo, fue inaugurado el pasado 20 de mayo en el pintoresco pueblo de Mulegns. Con sus casi 30 metros de altura, esta torre blanca y esbelta se ha convertido en un símbolo de vanguardia tecnológica y compromiso cultural.
La construcción de Tor Alva —nombre que en romanche significa “Torre Blanca”— fue impulsada por la Origen Cultural Foundation, en colaboración con la renombrada ETH Zurich. El proyecto, que implicó una inversión aproximada de 5.3 millones de dólares, no solo marca un hito en términos de altura, sino también en cuanto a visión: se trata de una obra que redefine el potencial de la impresión 3D en la arquitectura contemporánea, con un fuerte enfoque en sostenibilidad, experimentación digital y expresión artística.
La torre blanca de Mulegns busca ser un faro cultural y un motor de revitalización local.
Más que una proeza técnica, Tor Alva es un manifiesto que fusiona disciplinas: arte, ciencia y diseño se encuentran en una propuesta que busca transformar no solo el paisaje físico, sino también el imaginario de la construcción moderna.
Diseñada para cumplir con un doble propósito, la torre funciona tanto como espacio escénico para actividades culturales como laboratorio de experimentación arquitectónica. En su interior, los visitantes encontrarán un ambiente concebido para la performance y la contemplación, en un diálogo constante entre el interior técnico y el entorno natural.
Desde la base hasta la cima, 32 columnas impresas en 3D se despliegan como elementos escultóricos que soportan los distintos niveles del edificio. La cúspide alberga un salón con capacidad para 45 personas, ofreciendo vistas panorámicas del valle de Julier, una región conocida por su belleza natural y su riqueza histórica.
Este edificio marca un antes y un después para la arquitectura alpina. Tor Alva no solo se eleva sobre Mulegns como una proeza de ingeniería moderna, sino que encarna un compromiso profundo con el territorio, su historia y su posible porvenir. No es simplemente un experimento estructural: es una visión de lo que puede ser la arquitectura cuando se libera de moldes convencionales y se conecta con la comunidad.