Coyuntura

Zonas francas en Uruguay: salarios de élite, fuerte empleo joven y un debate abierto por el Impuesto Mínimo Global

Las zonas francas uruguayas vuelven al centro de la discusión pública. No solo por su rol dentro del debate sobre la aplicación local del Impuesto Mínimo Global —o IMCD—, sino también por los altísimos salarios que ofrecen y su peso creciente en la economía nacional. Estos enclaves aduaneros, exentos de tributos y orientados exclusivamente a la exportación, pagan remuneraciones que superan tres veces el promedio del país, con sueldos que rondan los US$ 4.500 mensuales.

En medio del tratamiento parlamentario del Presupuesto, se prevé que las compañías instaladas en zonas francas cuyos grupos económicos no estén sujetos al impuesto global del 15% queden fuera del IMCD local. En cambio, aquellas multinacionales que sí tributen este mínimo internacional deberán también aplicarlo a las utilidades generadas en Uruguay. El marco fiscal ha reavivado la atención sobre las cifras del sector, presentadas por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) en la última Conferencia de Zonas Francas de Iberoamérica, realizada en Punta del Este.

La Dirección Nacional de Zonas Francas difundió los resultados del censo anual correspondiente al 2023, con una cobertura del 95% de las 1.140 empresas censadas. Los datos revelan la dimensión del régimen: Uruguay cuenta con 15 zonas francas aprobadas, de las cuales 12 están activas, repartidas en ocho departamentos, aunque con fuerte concentración en el sur del país. Solo Colonia reúne cinco de ellas; Montevideo tiene tres; y Maldonado, dos.

En 2023, el empleo total dentro de estas áreas alcanzó 16.974 puestos, un descenso respecto a los picos de 2021 y 2022 debido al cierre de obras de la segunda planta de UPM en Durazno. Sin embargo, la tendencia de mediano plazo sigue siendo positiva: en cinco años, el empleo creció en promedio un 3% anual.

No solo debemos convivir con este régimen, sino promoverlo. En Uruguay genera una enorme inversión.

Uno de los rasgos más destacados es la composición etaria:

  • 54,2% del personal tiene entre 30 y 49 años.
  • 34,4% corresponde a jóvenes de 15 a 29 años.
  • Solo el 1,2% tiene más de 65 años.

Estas cifras confirman que las zonas francas continúan siendo un polo de empleo joven, técnico y altamente calificado. De hecho, el 59% de los trabajadores posee educación terciaria completa, y más del 38% cuenta con estudios secundarios finalizados.

El dato que más llama la atención es el salario promedio de 2023: US$ 4.484 mensuales, un aumento del 27,4% en comparación con el año anterior. En cinco años, la remuneración promedio creció 7,8% anual. Esto coloca a las zonas francas como uno de los sectores mejor pagados del país, con ingresos más de tres veces superiores al promedio nacional.

El censo también refleja el impacto económico del régimen. En 2023, las zonas francas recibieron US$ 1.012 millones en inversiones, equivalentes al 7,5% de la inversión total del país. Aunque por debajo de los años de mayor impulso por UPM 2, el promedio del último quinquenio muestra un crecimiento sostenido del 19% anual.

Estos enclaves aduaneros, exentos de tributos y orientados exclusivamente a la exportación, pagan remuneraciones que superan tres veces el promedio del país.

El Valor Agregado Bruto generado por estas áreas llegó a US$ 4.790 millones, lo que representa un 6,14% del PIB. Y en materia de comercio exterior, su peso es aún mayor: las exportaciones desde zonas francas alcanzaron los US$ 8.120 millones, equivalentes al 37% del total exportado por Uruguay, con una presencia dominante del sector servicios.

Durante la conferencia, el presidente uruguayo, Yamandú Orsi, defendió el rol de las zonas francas como herramientas efectivas para atraer inversión y empleo. Recordó su experiencia al frente de Canelones, donde el Parque de las Ciencias —uno de estos enclaves— impulsó cientos de puestos de trabajo y se consolidó como motor productivo.

“No solo debemos convivir con este régimen, sino promoverlo. En Uruguay genera una enorme inversión”, subrayó el mandatario.

Con cifras crecientes en exportaciones, valor agregado y remuneraciones —y en medio del ajuste regulatorio que plantea el Impuesto Mínimo Global—, las zonas francas se confirman como uno de los pilares estratégicos para el desarrollo del país, aunque no exentas de desafíos: mayor desconcentración territorial, adaptación fiscal y ampliación de oportunidades para nuevos sectores.

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