Tecnología

ChatGPT: cuando la inteligencia artificial se usa más para ocio que para productividad

La irrupción de los modelos generativos de inteligencia artificial ha transformado la manera en que interactuamos con la tecnología. Sin embargo, recientes hallazgos revelan que el uso real que millones de personas hacen de ChatGPT se aleja de la idea común de “productividad”. Un informe elaborado por el National Bureau of Economic Research (NBER), en colaboración con OpenAI y el economista David Denning de Harvard, ofrece una radiografía inédita: la mayoría de usuarios emplea esta herramienta con fines personales, creativos o recreativos antes que profesionales.

El crecimiento de ChatGPT ha sido explosivo. En poco más de un año, pasó de 100 millones de usuarios activos mensuales a superar los 700 millones en 2025. Paralelamente, el volumen de interacciones diarias saltó de 451 millones en junio de 2024 a 2.600 millones un año después. Aunque las cifras impresionan, lo más revelador es el perfil de este uso. El estudio señala que son principalmente los nuevos usuarios quienes impulsan esta expansión, mientras que quienes adoptaron la IA desde etapas tempranas mantienen un ritmo estable de interacción.

“El 72,2% de los mensajes en ChatGPT en 2025 no estaban relacionados con actividades laborales.”

Lo sorprendente es que el 72,2% de los mensajes enviados a la plataforma en junio de 2025 no estaban relacionados con actividades laborales, un salto considerable frente al 53% registrado un año antes. En lugar de enfocarse en productividad, la tendencia apunta al ocio, la creatividad y las consultas personales. Esto muestra que la inteligencia artificial no solo compite con buscadores como Google, sino también con el entretenimiento digital.

Aun así, el ámbito laboral no queda relegado. Dos áreas destacan en este terreno: la escritura y la búsqueda de información. La primera representa un 28% de las conversaciones, alcanzando un 42% en contextos de trabajo. Curiosamente, la mayoría de estas interacciones se orienta a editar o mejorar textos existentes, más que a producir contenido original desde cero. Por su parte, la búsqueda de información pasó del 14% al 24,4% de las conversaciones, consolidando a ChatGPT como una alternativa emergente frente a los motores de búsqueda tradicionales, aunque las “alucinaciones” continúan siendo un reto pendiente.

Además, un 14,9% de las conversaciones laborales se centra en la toma de decisiones y resolución de problemas. Esto refleja que muchos usuarios perciben a ChatGPT no solo como una herramienta de automatización, sino como un asesor capaz de ofrecer perspectivas o recomendaciones prácticas. Desde pedir consejo para negociar con un jefe hasta explorar estrategias para resolver conflictos, el modelo se convierte en un “asistente de confianza” más que en un simple generador de texto.

Otros usos menos frecuentes —pero significativos— incluyen la creación de contenido multimedia (6%), la programación (4,2%), la ideación creativa (3,9%) y cálculos matemáticos (3%). Incluso categorías más íntimas, como las reflexiones personales (1,9%) o el rol y juegos (0,4%), demuestran que la relación con la IA se expande a esferas muy diversas de la vida cotidiana.

“En apenas un año, ChatGPT pasó de 100 a 700 millones de usuarios activos mensuales.”

Lejos de limitarse a la productividad, ChatGPT se ha consolidado como un espacio de exploración multifacética donde el ocio, la creatividad y la búsqueda de información predominan sobre el trabajo. El crecimiento exponencial de su uso confirma que la inteligencia artificial ya no es vista únicamente como un recurso técnico, sino como un compañero digital presente en múltiples dimensiones de la vida humana. La gran pregunta ahora es si, con el paso del tiempo, los usuarios consolidarán este rol más lúdico de la IA o si evolucionará hacia una integración más estratégica en el ámbito profesional y educativo.

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