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Coca-Cola regresa a la emoción humana en su campaña navideña 2025 y usa la inteligencia artificial como herramienta

Coca-Cola, uno de los mayores íconos publicitarios del mundo, ha lanzado oficialmente su campaña navideña 2025 titulada “A Holiday Memory”, marcando un giro significativo en su narrativa global. Tras un año en el que la inteligencia artificial protagonizó su mensaje, la compañía apuesta ahora por una historia profundamente humana, enfocada en la autenticidad emocional y la nostalgia familiar. La campaña, creada por la agencia VML, fue lanzada simultáneamente en Norteamérica, Latinoamérica y Asia-Pacífico, reafirmando el papel de la marca como punto de partida del espíritu festivo global.

En esta nueva propuesta, Coca-Cola abandona la perfección idealizada para retratar la realidad emocional detrás de las festividades. El relato se centra en la figura de una madre, símbolo del esfuerzo silencioso que hace posible la magia del hogar. A través de una secuencia íntima —una jornada agotadora de preparación, coronada por un instante de pausa frente al árbol de Navidad— la marca conecta con la memoria colectiva de millones de familias. Este enfoque narrativo, apoyado en estímulos visuales y sonoros, demuestra una comprensión refinada de la psicología del consumidor, activando emociones mediante recuerdos sensoriales universales.

La tecnología debe amplificar la emoción, no reemplazarla.

El cambio estratégico respecto a 2024 es evidente. Mientras el año pasado Coca-Cola sorprendió al mundo al producir su spot íntegramente con inteligencia artificial generativa, este 2025 la marca ha decidido usar la tecnología como herramienta de apoyo y no como protagonista. “La tecnología debe amplificar la emoción, no reemplazarla”, afirmó Islam ElDessouky, vicepresidente global de estrategia creativa de la compañía. Con esta declaración, la empresa busca reivindicar el valor del factor humano en la era digital, destacando la importancia de la empatía y la conexión genuina como ejes de su comunicación.

La campaña también rinde homenaje a los “héroes anónimos” de las fiestas: las madres, padres y trabajadores que, desde el anonimato, hacen posible la celebración. Con esta visión, Coca-Cola refuerza su propósito corporativo de inspirar momentos de unión, gratitud y pausa consciente. En Latinoamérica, el impacto de la campaña se potencia gracias a la incorporación de la canción “Feliz Navidad”, un himno cultural que actúa como conector emocional y lingüístico, reafirmando la habilidad de la marca para combinar relevancia global con resonancia local.

Coca-Cola demuestra que la autenticidad emocional sigue siendo el corazón de la comunicación global.

La evolución de Coca-Cola no es solo creativa, sino también filosófica. Tras la controversia generada por su campaña anterior —donde el uso de IA sustituyó a actores, cámaras y escenarios reales— la compañía demuestra una madurez narrativa que busca reconciliar la eficiencia tecnológica con la autenticidad emocional. Al centrar su mensaje en la humanidad detrás de la celebración, Coca-Cola reafirma su liderazgo no solo como marca de bebidas, sino como narradora cultural capaz de adaptarse a los nuevos tiempos sin perder su esencia. En una era dominada por algoritmos y automatización, la firma recuerda que la verdadera magia navideña sigue naciendo de los pequeños gestos, la conexión y la memoria compartida.

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