¿Cómo hacer un fondo de emergencia y dónde guardarlo?

El fondo de emergencia es una herramienta cada vez más popular entre las familias. Conocido también como ‘colchón financiero’, está diseñado para hacer frente a gastos imprevistos sin que este desembolso tenga un impacto significativo en la salud financiera. Crear un fondo de emergencia aporta seguridad y tranquilidad, pero es importante saber cómo calcularlo y mantenerlo.
En el día a día de cualquier familia, surgen imprevistos que pueden poner en riesgo sus finanzas, como un coche averiado, una lavadora que ha dejado de funcionar, una caldera que se avería o una visita al dentista. Afortunadamente, el fondo de emergencia es una herramienta que permite mitigar el impacto de estos gastos inesperados en el equilibrio económico de un hogar. También es útil en caso de una reducción de los ingresos familiares debido a una enfermedad o pérdida de empleo.
No hay una cantidad fija que los expertos recomienden guardar en un fondo de emergencia. La cantidad necesaria puede variar dependiendo del tipo de trabajo, ingresos o patrimonio de una persona. Sin embargo, es aconsejable tener un importe equivalente a tres meses de consumo o, preferiblemente, seis meses de gastos, entendiendo como tales la cantidad promedio que una persona o familia dedica mensualmente a vivir. El objetivo es mantener una calidad de vida similar a la que se disfrutaba durante el tiempo en que se utilice ese fondo de emergencia.
Una vez establecido el monto necesario para el fondo de emergencia, surge la pregunta de dónde guardarlo. No hay un lugar específico que sea mejor que otro para mantener un fondo de emergencia. Sin embargo, existen algunos requisitos que se deben cumplir:
– Fácil acceso para poder rescatar el dinero rápidamente en caso de emergencia.
– Estar separado de las cuentas corrientes habituales para evitar tentaciones.
– Ser seguro para evitar variaciones excesivas en el valor del dinero depositado a lo largo del tiempo.