Eco Wave Power: la startup que convierte las olas en energía limpia en Los Ángeles

Introducción
En el Puerto de Los Ángeles, una serie de flotadores azules se balancea con el movimiento constante del mar. No se trata de una instalación artística ni de una estructura turística, sino de una apuesta tecnológica que podría redefinir la transición energética global. La empresa israelí Eco Wave Power ha desarrollado un sistema capaz de transformar la fuerza de las olas en electricidad, ofreciendo una alternativa renovable y constante frente a los combustibles fósiles y otras fuentes intermitentes como la solar o la eólica.
Desarrollo
El principio detrás de esta tecnología es sencillo pero ingenioso: cada flotador, conectado a un sistema hidráulico, sube y baja con las olas. Ese movimiento impulsa un fluido biodegradable hacia acumuladores que liberan presión para hacer girar una turbina generadora de electricidad. A diferencia de otros sistemas experimentales ubicados en mar abierto —costosos y propensos a daños por las condiciones extremas—, el diseño de Eco Wave Power se instala directamente sobre muelles o rompeolas, reduciendo de manera significativa los costos de mantenimiento y la exposición al deterioro.
El proyecto piloto en Los Ángeles es una prueba de concepto que podría extenderse a gran escala. Su cofundadora y directora ejecutiva, Inna Braverman, visualiza la instalación de cientos de estos flotadores a lo largo de los 13 kilómetros del rompeolas que protege el puerto. De concretarse, la planta tendría capacidad para abastecer de energía a cerca de 60.000 hogares, una cifra que podría convertir a la energía undimotriz —la producida por el movimiento de las olas— en un pilar relevante del mix energético californiano.
Las ventajas de este modelo son notorias. A diferencia del viento o la radiación solar, el mar nunca se detiene, lo que garantiza una producción constante. Además, la ubicación costera permite inspeccionar y mantener el sistema con facilidad, un aspecto crítico que históricamente ha frenado la expansión de esta tecnología. El propio Departamento de Energía de Estados Unidos estima que el potencial energético de las olas en la costa oeste podría cubrir hasta un tercio de la demanda eléctrica del país.
“Las olas nunca se detienen, y con ellas, la energía tampoco.”
No obstante, el camino hacia la comercialización masiva no está exento de desafíos. Las olas pueden ser implacables, y diseñar dispositivos lo suficientemente resistentes para soportarlas ha sido un obstáculo para múltiples empresas del sector. Eco Wave Power busca superar este reto mediante un mecanismo retráctil que eleva los flotadores cuando las condiciones son extremas, evitando daños y alargando la vida útil de los equipos.
Más allá de Estados Unidos, la compañía ya ha probado su tecnología en Israel, donde desde 2024 un grupo de hogares del puerto de Jaffa recibe energía proveniente del mar. Los próximos pasos apuntan a proyectos en Portugal, Taiwán e India, con la ambición de alcanzar una capacidad de 20 megavatios, equiparable en costos a la energía eólica. Todo esto sin impacto ambiental directo: las instalaciones se conectan a infraestructuras ya existentes, minimizando la alteración del entorno marino.
Este avance llega en un contexto de demanda energética creciente, impulsada por el auge de la inteligencia artificial y los centros de datos. Según expertos como Jenny Krusoe, fundadora de AltaSea —organización que apoya el proyecto—, acelerar la adopción de tecnologías oceánicas puede ser crucial para alcanzar la neutralidad de carbono en California antes de 2045.
Conclusión
La iniciativa de Eco Wave Power representa más que una innovación tecnológica: es una demostración práctica de cómo la creatividad y la ingeniería pueden aprovechar recursos naturales inagotables para enfrentar la crisis climática. Al trasladar la generación eléctrica al ritmo de las olas, esta startup propone una visión donde los océanos se convierten en aliados estratégicos de la sostenibilidad.
Si logra consolidarse en Los Ángeles y expandirse globalmente, este modelo podría marcar un nuevo capítulo en la historia de las energías renovables: uno en el que el mar, eterno y en movimiento, se convierta en una fuente confiable de energía limpia para millones de personas.
