El estancamiento salarial en marketing desafía a los jóvenes talentos: una generación atrapada entre la IA y la cautela económica

La industria del marketing, históricamente vista como un campo de creatividad, innovación y oportunidades, atraviesa un momento de tensión estructural sin precedentes. La combinación de incertidumbre macroeconómica global y el impacto acelerado de la inteligencia artificial generativa ha reconfigurado las reglas del juego laboral. Según el informe del tercer trimestre de 2025 elaborado por Taligence, las ofertas de empleo en el sector disminuyeron un 5,2%, mientras que las vacantes nuevas cayeron un 4,4%, reflejando un mercado cada vez más selectivo, donde las empresas priorizan la experiencia comprobada sobre el talento emergente.
Los jóvenes que buscan su primer empleo en marketing son los más golpeados por esta realidad. Los puestos de nivel inicial, considerados tradicionalmente como la puerta de entrada a la industria, registraron una caída interanual del 8,6% en su demanda, una cifra que revela la dificultad de insertarse en un entorno que exige resultados inmediatos y retorno medible. Incluso cuando en el tercer trimestre se observó un pequeño repunte del 5,4%, la tendencia general sigue siendo restrictiva. A ello se suma la dilatación en los procesos de contratación, con una duración promedio de 41 días por publicación, reflejo de la indecisión corporativa ante la incertidumbre económica. El panorama se complica aún más con el estancamiento salarial, que mantiene la mediana en 50.003 dólares anuales, sin variación trimestral y con una leve caída del 0,3% interanual, lo que significa una pérdida de poder adquisitivo frente a la inflación global.
Los jóvenes que buscan su primer empleo en marketing son los más golpeados por esta realidad.
La cautela empresarial también ha redefinido las prioridades de contratación. Hoy, las compañías centran sus esfuerzos en perfiles con un impacto directo en los ingresos. Los growth marketers lideran la lista con un crecimiento del 36,2% en la demanda, seguidos por los product marketers, que registran un aumento del 8,9% y alcanzan la mediana salarial más alta del sector: 158.496 dólares. En contraposición, las posiciones de comunicación —antes esenciales para la imagen y reputación corporativa— sufrieron una caída del 17,5%, lo que evidencia un cambio hacia una mentalidad más técnica, enfocada en la monetización inmediata. Incluso los altos directivos no escapan a la presión: las posiciones C-suite experimentaron una reducción del 10,1% en sus salarios anuales, un indicio de que el retorno financiero se ha convertido en la métrica dominante del liderazgo en marketing.
En cuanto a las disparidades geográficas, el estudio revela que los epicentros económicos tradicionales continúan concentrando el mejor talento y los salarios más altos. California lidera con una mediana de 114.993 dólares, seguida por Nueva York con 110.001 dólares, reflejando un aumento interanual del 7% y 5,8%, respectivamente. Sin embargo, esta centralización perpetúa las desigualdades de acceso y deja a otras regiones con menores oportunidades de desarrollo. A nivel estructural, la tan celebrada flexibilidad laboral parece haber encontrado su límite. Los puestos remotos solo representan el 14% de las ofertas y su crecimiento fue de apenas 0,5 puntos porcentuales, lo que demuestra que el sector tiende a regresar a esquemas híbridos o presenciales, contraviniendo las expectativas de un mercado laboral digitalizado y descentralizado.
La combinación de IA y presión por rentabilidad está estrechando el acceso al marketing profesional.
Pese a este panorama complejo, surge un dato alentador: la transparencia salarial sigue ganando terreno. Un 53% de las ofertas de marketing publicadas en 2025 incluyen rangos salariales visibles, un avance del 7,8% respecto al año anterior. Este cambio representa una pequeña victoria para los candidatos, que ahora cuentan con mayor claridad y equidad al negociar. Sin embargo, la realidad general sigue siendo desafiante. La conjunción entre la automatización impulsada por la IA, la reducción de presupuestos y la presión por la rentabilidad está estrechando el acceso al marketing profesional, especialmente para los jóvenes. El futuro del sector dependerá de su capacidad para equilibrar la eficiencia con la inclusión, y de crear un entorno donde la innovación y el talento emergente puedan coexistir sin quedar sofocados por la lógica económica del corto plazo.
