Coyuntura

El modelo 10-10-10: una reforma fiscal ambiciosa que busca reconfigurar la economía boliviana

En el marco de las elecciones generales bolivianas previstas para 2025, el exmandatario y actual candidato por la agrupación LIBRE, Jorge Tuto Quiroga, ha revelado una propuesta fiscal y económica que ha comenzado a generar debate. Inspirado en el modelo tributario paraguayo, Quiroga plantea instaurar un sistema impositivo unificado con tasas fijas del 10% para el Impuesto al Valor Agregado (IVA), el Impuesto a las Transacciones (IT) y el impuesto sobre el salario. Esta simplificación fiscal pretende no solo facilitar el cumplimiento tributario, sino también fomentar la inversión extranjera mediante un entorno de seguridad jurídica y previsibilidad macroeconómica.

El esquema propuesto, denominado 10-10-10, toma como referencia la experiencia paraguaya, donde un sistema de impuestos planos ha contribuido a ampliar la base tributaria y atraer capitales extranjeros. En el caso boliviano, se busca reducir la complejidad del sistema fiscal, eliminar distorsiones y evitar la doble o triple tributación que suele desalentar la formalidad y la inversión. Esta política, según Quiroga, permitiría modernizar la administración tributaria, disminuir la evasión fiscal y fomentar la competitividad empresarial.

Además, la medida iría acompañada de un marco de seguridad jurídica más robusto, elemento clave para que los inversionistas vean a Bolivia como un destino confiable, en especial en sectores estratégicos como energía, minería y tecnología.

Con el retorno del Bolsín, el dólar se acercará más a Bs. 7 que a 17.

En otro de sus anuncios, el candidato señaló que la Gestora Pública de la Seguridad Social de Largo Plazo dejará de operar como único administrador de pensiones. En su lugar, se habilitarían nuevas opciones de inversión privada, especialmente dirigidas a jóvenes que aún no reciben una renta de jubilación. Esta medida apunta a aumentar la rentabilidad y transparencia del sistema de pensiones, devolviendo la confianza a los aportantes.

Una prioridad del plan económico de Quiroga es restablecer la estabilidad del tipo de cambio, de modo que los ahorros previsionales no pierdan poder adquisitivo. Actualmente, los fondos de los jubilados estarían siendo utilizados como “caja chica” del gobierno, según denuncia el propio candidato, lo que compromete su sostenibilidad en el largo plazo.

Vamos a implementar el modelo 10 – 10 – 10: IVA, IT e impuesto al salario, todo al 10%.

Quiroga también propone el regreso del Bolsín, un mecanismo de subasta de divisas que permitiría fijar el tipo de cambio de forma más transparente y flexible. Según sus cálculos, si esta política se implementara hoy, el dólar se cotizaría en torno a los Bs 7, en lugar de los Bs 17 que se manejan en el mercado informal. Esta medida formaría parte de un ambicioso programa de reestructuración económica que requeriría una inyección de capital externo estimada en 12.000 millones de dólares, a ser gestionada mediante acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Uno de los puntos más ambiciosos de su plan es el shock de inversiones para el sector energético. Inicialmente se buscará revitalizar la producción de gas natural, mientras que a mediano plazo se impulsarán proyectos relacionados con energías limpias, como parte de una transición hacia la electromovilidad y la digitalización energética. Esta estrategia tiene como objetivo preparar al país ante una inminente crisis energética y, al mismo tiempo, posicionarlo como actor relevante en la cadena global del litio.

La Gestora dejará de tener el monopolio; los jóvenes podrán elegir dónde invertir sus aportes.

En esa línea, también se contempla la reforma de las empresas estatales. Mientras las compañías estratégicas se transformarían en fondos de inversión con participación ciudadana directa, otras entidades creadas durante los gobiernos del Movimiento al Socialismo serían cerradas, privatizadas o convertidas en alianzas público-privadas, dependiendo de su viabilidad.

La propuesta económica de Jorge Tuto Quiroga apunta a una reestructuración profunda del sistema fiscal, previsional y energético de Bolivia. Su modelo de impuestos planos busca eficiencia, transparencia y atracción de capital extranjero, mientras sus reformas al sistema de pensiones y la política cambiaria pretenden restaurar la confianza ciudadana y la estabilidad financiera.

Aunque aún en etapa de promesa electoral, estas iniciativas abren un debate necesario sobre la sostenibilidad del actual modelo económico boliviano y la urgencia de reconfigurar sus pilares fundamentales para enfrentar los desafíos de una economía global cambiante y tecnológicamente interconectada.

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