Formas de tomar jengibre y precauciones

El jengibre puede tomarse en sus diferentes presentaciones, esto es: fresco, seco, o en polvo.
Habitualmente, la forma más común de tomarlo es en infusiones. Para preparar esta infusión utilizaremos un litro de agua y un trozo de la raíz, y después de que el agua hierva, incorporamos el jengibre y dejamos reposar durante unos 3 o 4 minutos para, a continuación, endulzar con miel y tomar. También es habitual añadir manzanilla, naranja o limón a las infusiones de jengibre.
Otras presentaciones del jengibre son el aceite esencial, el zumo o las cápsulas. En el caso de los aceites, puesto que la concentración es mayor, no deberían superarse las 9 gotas diarias repartidas en tres tomas. En cuanto a las cápsulas, lo habitual es que se tome una cada 8 horas, siempre y cuando un especialista médico lo supervise y determine el período de tiempo en el que tomarlo.
Respecto a la cocina, esta especia puede utilizarse de muy distintas formas. Desde aliñar ensaladas a sazonar carnes y, por supuesto, es el ingrediente que nunca puede faltar en la preparación de platos con un toque asiático.
Uno de los secretos del toque del jengibre cuando se emplea en la cocina o cuando se preparan infusiones está asociado al momento en el que lo incorporamos al plato o infusión que preparamos. Si lo hacemos al principio de la cocción le dará un sabor más suave, mientras que si se hace al final el efecto será el contrario.
También te hay algunas precauciones
A pesar de que el jengibre es una de las plantas con más propiedades y beneficios reconocidos para nuestro organismo, debe consumirse con precaución, puesto que también posee efectos adversos. Por ello, la mejor opción antes de tomar esta planta de forma habitual es consultar con el médico, sobre todo si estás siguiendo algún tratamiento médico cuyo efecto pueda verse alterado por la interferencia del jengibre.
Entre sus contraindicaciones encontramos que no puede tomarse si las afecciones del aparato digestivo para las que resulta favorable –tales como úlceras, gastritis, colitis o enfermedad de Crohn– están activas.
También puede interferir en la formación hormonal del feto durante el embarazo, por lo que antes de tomarlo para reducir las náuseas es conveniente que lo consultes con tu ginecólogo que será quien te indique si puedes tomarlo o no y cómo hacerlo. También hay que evitar tomarlo si los sangrados durante la menstruación son muy abundantes para que no aumente el riesgo de hemorragia.
En cuanto a la interferencia sobre los efectos de ciertos medicamentos, si el paciente toma medicación para la diabetes o bien debido a problemas circulatorios, es conveniente que consulte siempre con un especialista, puesto que el jengibre reduce y altera los efectos de dichos fármacos.
También puede producir reacciones alérgicas en su uso tópico, provocando erupciones en la zona tratada y reacciones oculares.