Coyuntura

Proyecto fiscal impulsado por Trump aumentaría déficit de EE.UU. en US$ 2,4 billones hacia 2034

El nuevo proyecto fiscal promovido por Donald Trump y recientemente aprobado en la Cámara de Representantes de Estados Unidos ha generado una fuerte controversia política y económica. Según cálculos de la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés), esta legislación provocaría una pérdida de US$ 3,66 billones en ingresos y elevaría el déficit fiscal estadounidense en US$ 2,41 billones hacia 2034.

El plan, que aún debe pasar por el Senado, contempla la extensión de los recortes impositivos de 2017, la eliminación de impuestos sobre propinas y horas extra, y un incremento en el gasto militar. A pesar de la magnitud del impacto fiscal, el nuevo cálculo de la CBO representa una reducción del 37% respecto a una estimación anterior que preveía un déficit de hasta US$ 3,8 billones.

Desde el entorno empresarial también se han alzado voces en contra. Elon Musk, CEO de Tesla y SpaceX, lanzó una dura crítica al plan: “Lo siento, pero ya no lo soporto más. Este proyecto de ley del Congreso, enorme, escandaloso y lleno de gastos superfluos, es una abominación repugnante”. Su declaración fue ampliamente replicada en redes sociales y ha reavivado el debate sobre el costo fiscal de la propuesta republicana.

El proyecto fue aprobado el 22 de mayo con una ajustada votación en la Cámara de Representantes: 215 votos a favor frente a 214 en contra. Entre las medidas más polémicas también figuran recortes al programa de salud Medicaid y la eliminación de incentivos tributarios para energías limpias, los cuales habían sido aprobados por la administración demócrata en 2022.

Para los analistas fiscales, el efecto acumulativo de esta legislación podría repercutir seriamente sobre la estabilidad presupuestaria del país. “Esta legislación no reduce el gasto de forma significativa, mientras compromete los ingresos en una década de alta demanda fiscal”, advierten expertos cercanos al CBO.

Mientras el proyecto avanza hacia el Senado, se intensifica la batalla política en torno a sus efectos económicos y sociales. Las próximas semanas serán clave para determinar si el Congreso norteamericano optará por respaldar esta iniciativa o si el margen de rechazo marcará el inicio de una negociación profunda.

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