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SUSBA: el impulso de WWF para transformar las finanzas verdes en Bolivia

La crisis climática y la pérdida de biodiversidad han dejado claro que el sistema financiero global necesita un cambio profundo. Cada año, billones de dólares siguen fluyendo hacia actividades que degradan la naturaleza, comprometiendo no solo al medioambiente, sino también a la economía y a las comunidades que dependen de él. En este escenario, las finanzas verdes aparecen como una herramienta estratégica para reorientar capitales hacia proyectos que protejan los ecosistemas y generen beneficios sostenibles.

Con este objetivo, WWF-Bolivia, en colaboración con la Red de Desarrollo Financiero Sostenible y la Asociación de Bancos Privados de Bolivia (ASOBAN), presentó en el país la herramienta Sustainable Banking Assessment (SUSBA). Este instrumento busca acompañar a las instituciones financieras en la incorporación de criterios ambientales, sociales y de gobernanza en sus operaciones, contribuyendo a un sistema más responsable y alineado con los estándares internacionales.

El lanzamiento de SUSBA se realizó en un encuentro que reunió a representantes de bancos, entidades reguladoras y asociaciones sectoriales. El espacio permitió no solo conocer los resultados iniciales de la evaluación en Bolivia, sino también compararlos con otros países de la región y analizar experiencias exitosas a nivel global.

El lanzamiento de SUSBA en Bolivia representa más que una evaluación técnica: es un llamado a la acción conjunta entre el sistema financiero, los reguladores y la sociedad civil.

Uno de los aspectos más valiosos de la herramienta es su metodología. SUSBA se apoya en 78 indicadores vinculados a marcos internacionales como TCFD, TNFD, SBTi y PRB, los cuales ofrecen una guía clara para que las entidades financieras puedan:

  • Fortalecer su gestión institucional.
  • Desarrollar productos financieros alineados a la sostenibilidad.
  • Identificar y gestionar con mayor precisión los riesgos ambientales, sociales y de biodiversidad.

En Bolivia, ya se observan avances notables como las primeras emisiones de bonos verdes y sociales, lo que evidencia un interés creciente en el sector. No obstante, los resultados también revelan que existen desafíos significativos: incorporar de manera más rigurosa los riesgos climáticos en la toma de decisiones, supervisar el desempeño ambiental y social de los clientes, y exigir planes de acción concretos a las empresas que acceden a financiamiento.

Durante la presentación, se subrayó que la estrategia de WWF combina dos enfoques complementarios: financiar lo verde y enverdecer las finanzas. Esto significa no solo apoyar proyectos de conservación o de energías limpias, sino también transformar la lógica con la que los bancos evalúan riesgos y oportunidades, integrando variables climáticas y de biodiversidad en cada decisión de inversión.

Cada año, billones de dólares siguen fluyendo hacia actividades que degradan la naturaleza, comprometiendo no solo al medioambiente, sino también a la economía y a las comunidades que dependen de él.

Ejemplos de esta integración ya se pueden ver en países vecinos. En Perú, por ejemplo, algunos bancos han incorporado criterios de desempeño ambiental para otorgar créditos en sectores como la agricultura y la minería, reduciendo así la exposición a pasivos ambientales. En Colombia, iniciativas similares han permitido canalizar fondos hacia proyectos de restauración de cuencas y energía renovable. Estos casos ilustran el potencial que Bolivia podría alcanzar con el uso sistemático de herramientas como SUSBA.

El lanzamiento de SUSBA en Bolivia representa más que una evaluación técnica: es un llamado a la acción conjunta entre el sistema financiero, los reguladores y la sociedad civil para redefinir la manera en que circula el capital en el país. Al priorizar inversiones que cuidan la vida y reducen riesgos a largo plazo, Bolivia puede posicionarse como un referente regional en materia de sostenibilidad financiera.

La ciencia es clara: el tiempo para actuar es ahora. Con el compromiso del sector financiero y el acompañamiento de herramientas como SUSBA, el país tiene la oportunidad de acelerar su transición hacia un modelo económico que no solo genere crecimiento, sino que también asegure un futuro resiliente para las personas y los ecosistemas.

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