TURISMO DE BOLIVIA: GENERA EMPLEOS, DIVISAS Y REACTIVA LA ECONOMÍA

Ing. María Esther Peña Cuéllar, MSc GERENTE TÉCNICO INSTITUTO BOLIVIANO DE COMERCIO EXTERIOR – IBCE

El sector turístico en Bolivia mostraba un crecimiento exponencial y sostenido, llegando a registrar cifras históricas el año 2019, convirtiéndose en el tercer segmento con mayor potencial de generación de divisas para el país. Sin embargo, en marzo del 2020 este crecimiento y desarrollo tuvieron un abrupto freno, pues la Organización Mundial de la Salud (OMS) proclamaría al COVID-19 como una pandemia y desde entonces, ni el sector del turismo, ni la vida como la conocíamos, sería igual.

Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la llegada de extranjeros a Bolivia, -traducidos en número de personas- era de 1.475.902 en el 2019, esta cifra descendió a 376.980 y 217.358 en los años 2020 y 2021, respectivamente. Este súbito descenso afectó a la cadena de valor que el turismo disponía con otros sectores, dejando desamparados a emprendedores que veían su inversión desaparecer y su principal fuente de ingresos consumirse para paliar los efectos de la pandemia.

El Consejo Editor de “Comercio Exterior” del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) agradece al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), por su apoyo para la coedición de la presente publicación, en la que da a conocer el trabajo y esfuerzo, que hace que muchas regiones se beneficien de sus proyectos y accedan al conocimiento, a la experiencia; y en este caso, al sector del Turismo, uno de los más golpeados durante y luego de la etapa más crítica de la pandemia por el COVID-19.

Recalcar la importancia de promocionar nuevos productos y mostrar la oferta exportable de servicios turísticos dentro de Bolivia, que cubran las necesidades de recreación de los ciudadanos de todo el mundo; tenemos un país con alto potencial de explotación de territorio apto para el “recreo”; naturaleza, gastronomía, enología, deporte y demás, solo debemos atrevernos a explorar nuestras posibilidades comerciales, capacitarnos y ser anfitriones referentes ante el exterior.

Debemos analizar cómo ha cambiado la demanda turística y sus consumidores, por ejemplo, que la gran cantidad de turistas de países vecinos a Bolivia vienen en calidad de “mochileros”. Esta una práctica social y cultural actual en la cual las personas emprenden sus travesías con elementos esenciales para su viaje, dentro de una mochila como compañera que cargan en sus espaldas en todo el camino. Por ello, potenciar nuestra ventaja competitiva para este público, es importante, y precisamos implementar una cadena de valor enfocada en la experiencia de los turistas, ya sean “mochileros” o los que acostumbran a visitar sus destinos mediante agencias de viajes, hoteles y demás.

Urge desarrollar una estructura sostenible para el turismo, sin duda, el PNUD ha realizado un valioso trabajo con el atractivo de nuestros paisajes, desde el punto de vista turístico, más que como materia prima. Lograr el trabajo mancomunado, es tarea de todos y es urgente, tanto sector público, privado, comunidad, la sociedad, para mantener los viajeros frecuentes y captar a nuevos visitantes; tenemos una Bolivia llena de paisajes naturales, únicos y mágicos que precisa de una logística integral para atractivos turísticos.

La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, han liderado las visitas en los últimos tiempos, no obstante, estamos repletos de destinos turísticos -algunos sin explorar y explotar en un 100%- áreas verdes, nevados, salares, aguas y mucha flora y fauna única en su especie que precisa de logística de condiciones generales para ser concurridos.

Los turistas sudamericanos son el grupo que más atrae Bolivia, con un aproximado de 881.970 de personas, de las cuales el 42,1% vienen del vecino país Argentina. Parte de los planes de marketing que sugieren los expertos es cautivar a turistas de otros continentes con nuestras manifestaciones culturales y actividades, para masificar su visita a los destinos únicos que tenemos para ofrecer, además de una estrategia de revalorizar y reforzar la logística, especializarnos y aumentar la actividad económica en los puntos fuertes que caracterizan nuestros atractivos turísticos, tales como las áreas verdes, uno de los preferidos por los visitantes, según los estudios.

Otro aspecto importantísimo es el incentivo al turismo interno, que si bien se han realizado muchos intentos de estímulo del uso del tiempo libre, el viaje en el tiempo de vacaciones, concienciación del ahorro para viajes, planes vacacionales, todavía hay mucho por hacer, tenemos una vasta oferta turística exportable y por ejemplo el “Carnaval de Oruro”, que año a año atrae a miles de turistas a dicho Departamento, donde no solo son espectadores, sino también pueden participar en primera persona de las actividades tradicionales de la festividad. Este es solo un modelo de todo lo que podríamos potenciar.

Desde el IBCE, felicitamos al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) por su aporte con las comunidades y las mujeres que aportan al turismo comunitario, que poco a poco está tomando mayor participación en la práctica turística de nuestro país, que hace parte del impulso de las riquezas que tiene Bolivia, un sector con gran potencial en la generación de empleos, divisas y mejora en la calidad de vida los bolivianos.

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