Nestlé y la automatización laboral: un punto de inflexión en la industria alimentaria

La decisión de Nestlé de despedir a 16.000 empleados a nivel global ha generado un profundo debate sobre el futuro del trabajo y la automatización en sectores no tecnológicos. Lo que antes parecía un fenómeno reservado a gigantes digitales como Amazon o Google, hoy alcanza a una de las mayores compañías de alimentos del mundo.
El anuncio llega en un contexto paradójico: la empresa reportó un crecimiento del 3,3% en sus ventas durante 2025. ¿Por qué entonces un recorte tan drástico
Según el comunicado oficial, el nuevo CEO de Nestlé, Philipp Navratil, busca “evolucionar y simplificar la organización mediante la automatización de procesos”. Detrás de esta frase se esconde una transformación estructural que va más allá de la reducción de costes: implica una redefinición del modelo laboral dentro de la industria alimentaria.
“La automatización ya no es exclusiva de las tecnológicas: Nestlé abre una nueva etapa en la industria alimentaria.”
La medida afectará principalmente a los empleos de oficina y administrativos, conocidos como “cuello blanco”, que representan el 75% de los despidos. El resto se distribuirá entre áreas de producción y cadena de suministro. Esta orientación refleja una tendencia creciente: las empresas están apostando por la eficiencia digital y la inteligencia artificial para tareas que antes dependían de capital humano.
Lo más relevante es que Nestlé no atraviesa una crisis financiera, sino que sus despidos responden a un cambio de paradigma. Al igual que las grandes tecnológicas, la compañía suiza está apostando por la automatización como estrategia de competitividad futura. Su plan prevé duplicar el ahorro operativo, pasando de 541,4 millones de euros proyectados inicialmente a más de 1.082 millones de euros para 2027.

En el caso español, la incertidumbre es palpable. Nestlé emplea a más de 4.000 personas en diez centros de producción, distribuidos entre Cantabria, Asturias, Galicia, Extremadura y Cataluña. Aunque la empresa no ha detallado cómo se repartirán los recortes, los sindicatos temen cierres o ajustes en las plantas productivas.
Más allá de las cifras, este anuncio marca un precedente: la automatización ya no distingue entre industrias. La digitalización de los procesos administrativos, el uso de sistemas inteligentes para la gestión de datos y la robotización parcial de las cadenas de suministro son señales de una nueva era empresarial, donde la tecnología reemplaza estructuras jerárquicas tradicionales por modelos más ágiles y automatizados.
“El futuro del trabajo dependerá de la velocidad con la que cada industria adopte o se adapte a la automatización.”
El caso de Nestlé refleja una transformación estructural que trasciende el ámbito corporativo. La automatización, impulsada por la inteligencia artificial y la presión por la eficiencia, está redefiniendo la naturaleza del empleo incluso en sectores históricamente estables como el alimentario.
El reto no está solo en la pérdida de puestos de trabajo, sino en cómo las empresas y gobiernos gestionarán la transición hacia un entorno laboral híbrido, donde humanos y algoritmos coexistan. Nestlé ha abierto la veda: el futuro del trabajo ya no depende únicamente de la economía, sino de la velocidad con la que cada industria adopte —o se adapte— a la automatización.