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Opera Neon y el inicio de los navegadores agénticos: cuando la IA deja de ser asistente y pasa a actuar

La integración de la inteligencia artificial generativa en los navegadores web ya no es una promesa futura, sino una realidad en plena expansión. Durante los últimos meses, las principales compañías tecnológicas han comenzado a redefinir la experiencia de navegación, pasando de simples asistentes integrados a propuestas mucho más ambiciosas. En este nuevo escenario surge un concepto clave: los navegadores agénticos, capaces no solo de responder consultas, sino de ejecutar tareas de manera autónoma. Opera, una firma históricamente asociada a la innovación en este terreno, entra de lleno en esta nueva etapa con el lanzamiento de Opera Neon.

Hasta ahora, la mayoría de los navegadores que incorporan inteligencia artificial lo han hecho como un complemento: vistas generadas por IA, resúmenes automáticos o chatbots ubicados en barras laterales. Google Chrome, Firefox y otros competidores han optado por esta evolución gradual, enfocada en facilitar tareas cotidianas sin alterar la lógica clásica de navegación.

Sin embargo, algunas compañías han decidido ir más lejos. Navegadores como Comet, desarrollado por Perplexity, replantean el rol de la IA al convertirla en el eje central de la experiencia. Este enfoque no pasa desapercibido para actores como OpenAI, que en su momento evaluó la creación de un navegador propio impulsado por su modelo de lenguaje, aunque finalmente integró la búsqueda web directamente en ChatGPT.

Los navegadores agénticos representan un cambio profundo en la relación entre el usuario y la tecnología.

En este contexto, Opera presenta Neon como una propuesta que no se limita a “ayudar” al usuario, sino que busca actuar por él, marcando un punto de inflexión en la forma en que interactuamos con la web.

Opera Neon se define como un navegador agéntico diseñado para usuarios que hacen un uso intensivo de la inteligencia artificial. Su funcionamiento se apoya en distintos agentes especializados que pueden añadirse y gestionarse mediante las llamadas Neon Cards. Estas tarjetas permiten acceder rápidamente a asistentes enfocados en tareas concretas, como programación, planificación de viajes, consultas en plataformas de comercio electrónico o seguimiento de medios de comunicación.

Uno de los aspectos más innovadores de Neon es la coexistencia de varios niveles de interacción con la IA. Por un lado, está el chatbot central, que facilita búsquedas en lenguaje natural y organiza información. Por otro, destaca Neon Do, un agente capaz de ejecutar acciones de forma autónoma, siempre bajo supervisión del usuario. Esto significa que el navegador puede abrir pestañas, gestionar fuentes o realizar flujos completos de navegación a partir de una sola instrucción escrita, sin que el usuario tenga que intervenir paso a paso.

Este enfoque transforma la navegación en un proceso más cercano a la delegación de tareas que a la exploración manual tradicional.

En la práctica, Opera Neon demuestra una gran capacidad para ordenar y gestionar elementos complejos, como múltiples pestañas abiertas, de manera similar —aunque más avanzada— a los grupos de pestañas conocidos en otros navegadores. La posibilidad de abrir varias fuentes automáticamente y mantenerlas organizadas supone un ahorro de tiempo significativo, especialmente para quienes investigan, comparan información o trabajan con múltiples recursos simultáneamente.

No obstante, el navegador todavía presenta áreas de mejora. Algunas funciones podrían beneficiarse de una mayor automatización, como la selección inteligente de agentes especializados según el tipo de búsqueda realizada. Además, el acceso a Opera Neon no es abierto: requiere invitación previa y una suscripción, lo que refuerza su orientación hacia un público profesional o intensivo en el uso de IA.

Opera Neon se define como un navegador agéntico diseñado para usuarios que hacen un uso intensivo de la inteligencia artificial.

Estas restricciones, lejos de ser un obstáculo casual, evidencian que Neon no pretende competir directamente con navegadores masivos, sino posicionarse como una herramienta avanzada para quienes buscan maximizar productividad y eficiencia.

La llegada de Opera Neon confirma que los navegadores están dejando de ser simples puertas de acceso a la información para convertirse en plataformas activas de ejecución y gestión inteligente. Los navegadores agénticos representan un cambio profundo en la relación entre el usuario y la tecnología: ya no se trata solo de buscar, sino de delegar, organizar y optimizar tareas complejas con ayuda de la inteligencia artificial.

Aunque todavía existen desafíos por resolver, Opera Neon se perfila como una alternativa sólida y prometedora frente a los navegadores tradicionales, especialmente para quienes utilizan la IA como parte central de su trabajo diario. Todo indica que esta “era agéntica” apenas comienza, y que la forma en que navegamos por internet está a punto de cambiar de manera definitiva.

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