Coyuntura

Caída en los Puertos de EE. UU.: El Comercio con China Entra en un Punto Crítico

Los puertos estadounidenses se preparan para una de las caídas más drásticas en los volúmenes de carga importada desde China en los últimos años. La reducción en el tráfico marítimo de bienes esenciales como ropa, productos electrónicos y mobiliario es una señal clara del creciente impacto de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y el gigante asiático. Este escenario, impulsado principalmente por la escalada de aranceles y la consecuente reorganización de las cadenas de suministro globales, pone en jaque a los actores logísticos y comerciales de ambas naciones.

Durante las últimas semanas, el número de buques que parten desde China hacia los puertos estadounidenses ha disminuido notablemente, resultado de una ola de cancelaciones de itinerarios conocida en el sector como blank sailings. Gene Seroka, director ejecutivo del Puerto de Los Ángeles, anticipa que el volumen de importaciones podría desplomarse hasta en un 35% en tan solo dos semanas, debido al freno casi total en los embarques procedentes de China por parte de los grandes minoristas y fabricantes estadounidenses.

Las reservas de embarques desde China se desplomaron un 60% tras los aranceles del 145%.

Esta caída se refleja también en la disminución de la demanda: se estima que los puertos de la costa oeste de EE. UU. verán una reducción del 28% en sus volúmenes de carga esta semana, mientras que los de la costa este sufrirán una contracción aún más abrupta del 42% la próxima, de acuerdo con el análisis de Sea-Intelligence. Esta tendencia se ha visto agravada por el endurecimiento de la política arancelaria implementada por la administración Trump, que elevó los aranceles a China hasta un 145%, provocando un desplome del 60% en las reservas de embarques desde ese país, según datos de Flexport.

Frente a este panorama adverso, los importadores estadounidenses están acelerando su transición hacia proveedores alternativos en el sudeste asiático, particularmente en Vietnam y Malasia. Stuart Sandlin, responsable regional para Norteamérica de Hapag-Lloyd, confirmó que la compañía ha registrado un descenso del 30% en las reservas desde China, acompañado de un repunte en las solicitudes provenientes de países vecinos.

El volumen de importaciones desde China podría caer hasta un 35% en solo dos semanas.

Sin embargo, esta reconfiguración del flujo comercial no está exenta de riesgos. A medida que crece la presión sobre las rutas del sudeste asiático, existe preocupación sobre un potencial colapso de capacidad logística. Además, si se llega a un acuerdo entre Washington y Pekín que implique una disminución de los aranceles, los expertos advierten que podría producirse una avalancha de nuevas reservas desde China, desencadenando una escasez de espacio en los buques y un incremento drástico en las tarifas de transporte.

Lars Jensen, director ejecutivo de la consultora Vespucci Maritime, advierte que de reanudarse el comercio normal con China, los efectos podrían ser inmediatos: “Todos los buques se llenarán y los fletes se dispararán”. Esta posible volatilidad plantea nuevos desafíos tanto para las navieras como para los importadores, que deben adaptarse a una demanda que puede cambiar radicalmente en cuestión de semanas.

La situación actual de los puertos de EE. UU. refleja más que un ajuste coyuntural: se trata de una transformación estructural en las rutas comerciales globales. Las tensiones entre Estados Unidos y China están acelerando un cambio en las cadenas de suministro, redistribuyendo el flujo de bienes hacia nuevas geografías y obligando a las empresas a tomar decisiones estratégicas bajo un contexto de gran incertidumbre. Si bien el sudeste asiático emerge como un nuevo centro de abastecimiento, la posible reactivación de las relaciones comerciales con China podría volver a alterar el equilibrio logístico global. En este escenario incierto, la flexibilidad y la capacidad de adaptación serán claves para navegar las turbulentas aguas del comercio internacional.

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