La guerra contra ESG se filtra a las aulas de Florida

Florida se ha convertido en el primer estado en permitir la inclusión de materiales de PragerU en las escuelas públicas. Ahora, los profesores tendrán la opción de proyectar videos de cinco a diez minutos en sus aulas. Con alrededor de 3 millones de estudiantes en las escuelas públicas de Florida, esta cifra supera incluso la población total de Kansas.

No obstante, algunos de los videos producidos por PragerU que contienen información negacionista sobre el cambio climático han sido clasificados en categorías que no están directamente relacionadas con cuestiones climáticas. Esto plantea una preocupación, ya que estos videos podrían ser utilizados en el contexto de educación cívica y gobierno, a pesar de abordar temas científicos controvertidos y sesgados.

Educación en juego por guerra contra ESG

Florida se convierte en el más reciente estado en abrir las puertas a la desinformación climática. Texas también ha estado implementando medidas que podrían afectar la educación precisa y fundamentada en evidencia acerca del cambio climático y los combustibles fósiles.

En el contexto de Texas, una modificación en el plan de estudios de ciencias requiere que las escuelas impartan lecciones positivas acerca de los combustibles fósiles. Esto podría interpretarse como un intento por minimizar la exactitud científica en torno al cambio climático y, simultáneamente, influenciar en el mercado nacional de libros de texto.

Los expertos en clima han llegado a un consenso desde hace tiempo: el uso de combustibles fósiles está contribuyendo al calentamiento global y a fenómenos climáticos extremos. Sin embargo, la situación actual refleja un esfuerzo más amplio por dar forma a la educación bajo agendas ideológicas y políticas, y devela que la guerra contra ESG se filtra en las mismas aulas.

Los videos elaborados por PragerU acerca de políticas climáticas han sido el epicentro de la controversia. La fundación que respalda a PragerU ha obtenido financiamiento de fuentes vinculadas con la industria de los combustibles fósiles, como los hermanos Wilks, quienes acumularon su riqueza gracias al fracking. Esto ha suscitado acusaciones de que PragerU promueve la desinformación climática en lugar de presentar una perspectiva basada en la ciencia.

En última instancia, la revelación de que la guerra contra ESG se filtra en las aulas plantea interrogantes fundamentales acerca del equilibrio entre la educación precisa y la propagación de ideas en el entorno educativo. El caso de PragerU en Florida insta a la responsabilidad social del estado para mantener un enfoque imparcial y fundamentado en hechos en la formación de las futuras generaciones.

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