Seguras, ordenadas y muy capaces: conozca la historia de cuatro mujeres que rompen paradigmas en el sector automotriz

Son profesionales en lo que hacen. Dominan el lenguaje técnico de un sector predominantemente masculino. Imcruz confió en ellas y, desarrollando sus valores personales y vocacionales, destacaron.

¿Puedo ayudarle con sus repuestos? Pregunta Scarled. ¡No! Voy a esperar al joven, responde un varón agitado al otro lado del mostrador y con una mirada distraída. Ella, lo mira y responde: conozco de autos y puedo resolver sus dudas. Así cada día, las mujeres de Imcruz deben superar escenarios similares a estos y mostrar a todos que son tan seguras, ordenadas y muy capaces de dominar el lenguaje técnico, al hablar de motores tanto con un cliente como con el fabricante y, al hacerlo, sin temor y con amplio profesionalismo.

Son más de 180 mujeres afrontando día a día múltiples desafíos en la empresa automotriz líder en Bolivia: IMCRUZ. Ellas representan el 23% del equipo y a través de cuatro historias quieren contarle al país lo valoradas que se sienten.

Pablo Klocker, Gerente General de Imcruz, nos comenta que el 50% de su equipo ejecutivo  está integrado por mujeres. “Ellas son fundamentales para lograr las metas corporativas. Son reconocidas de la misma manera que los varones. Valoramos su compromiso y a la vez su capacidad para cuidar de sus familias con tanta entrega como cumplen con los desafíos de su trabajo. Imcruz seguirá brindando igualdad de oportunidades para que crezcan en un ambiente de respeto y colaboración”, reflexionó.

Nuestra primera historia la protagoniza Fabiola: “Aprendí a equilibrar mi rol de madre con las demandas del trabajo”

Fabiola Villarroel (37) integra el área de garantía y asistencia técnica de la división de Camiones y Maquinarias de Imcruz. Ella es el nexo entre los fabricantes y los talleres técnicos. Oriunda de Yacuiba (Tarija), mamá de dos hijos -de 9 y de 2- y gran amante del orden y de la adrenalina que provocan los desafíos. Habla inglés técnico. En agosto de 2023 cumplirá seis años de trabajo continuo en Imcruz.

Formada en Ingeniería Electromecánica en una universidad estatal, trabajó durante varios años en el sector petrolero, antes de postular a la empresa automotriz. Sus amigos le llaman para pedir consejos referentes a vehículos y aspectos mecánicos. Muchas veces tuvo que ponerse fuerte para romper estereotipos y hacer notar que su conocimiento técnico era valioso.  El año que Fabiola ingresó a Imcruz tuvo la oportunidad de viajar a Córdoba (Argentina), donde aprendió mucho sobre su trabajo y, según dice, lo grato fue encontrarse con más mujeres que cumplían los mismos roles que ella.

Por la diferencia horaria con China, muchas veces le ha tocado hacer dormir a su hija de dos años e ingresar a una reunión técnica con los fabricantes. Si algo no se resuelve en los talleres, ella investiga. Lee y relee los manuales y procedimientos de otros países hasta dar con la respuesta. Su gusto por la mecánica lo heredó de su abuelo, quién construyó un colectivo con los restos de un avión siniestrado al cual llamaron Gorila.

“Ese equilibrio entre ser mamá de dos y cumplir las exigencias del trabajo creo que lo estoy cumpliendo bien, porque ya llevo cinco años en Imcruz y cada día tengo el privilegio de que mis hijos me digan mamá”, expresa. Para Fabiola Imcruz es su segunda casa donde comparte muchas alegrías y desafíos.

Nuestra segunda historia la cuenta Gladys: “Fui la primera mujer en ingresar al área de repuestos en La Paz. Busco siempre la excelencia”

Gladys Tintaya (32) lleva 11 años en Imcruz. Conoció la empresa cuando trabajaba en el área de limpieza en una de las primeras oficinas en La Paz. Luego postuló al cargo de ayudante de lavado, fue aprendiendo con humildad y dedicación, y le dieron la oportunidad de postular al área de auxiliar de almacenes. Ella tenía mucho interés por las autopartes. Se leía los catálogos, aprendía los nombres mientras ingresaba datos a la computadora, preguntaba y, su capacidad para aprender, la llevó a ser la encargada de repuestos en la Unidad de Camiones, Maquinarias y Chapería en el Taller de la ciudad de El Alto (La Paz), su cargo actual.

Es la hija mayor de tres hermanas. Su madre falleció cuando era niña y su madrastra también murió a causa de un cáncer. Una de sus hermanas tiene dificultades mentales y su padre afrontó una embolia que lo dejó imposibilitado de trabajar. Ella se quebranta al recordar su historia. Sus ingresos en Imcruz dan sustento a su hogar.  “Yo quería demostrarles que puedo. Preguntaba mucho y mis jefes tenían paciencia para explicarme. Cuando no se podía hacer algo, no me quedaba estancada e investigaba. Imcruz me ha dado oportunidades de crecer y ha velado por mi bienestar”, explica.

Ella estudia Ingeniería Automotriz. Su sueño es seguir aprendiendo y tener la posibilidad de salir del país. Sabe tanto de inventarios, bodegas, trato con el cliente y mecánica que se ha convertido en una fuente de consulta entre sus familiares. Juega fútbol y ha tenido la oportunidad de capacitarse y aprender SAP, un software de clase mundial al que migro Imcruz,  para gestionar todos sus procesos.

“Las mujeres somos aguerridas, fuertes y muy capaces. Para mi Imcruz es como mi familia. He aprendido de muchas personas a amar lo que hago y a hacerlo con excelencia”, concluye.

Nuestra siguiente historia llega con Scarled: “Somos meticulosas, detallistas y eso nos lleva a romper esquemas”

Scarled Salazar (50) ha transitado las distintas áreas de servicio técnico hasta ser actualmente la jefa de Canal Interno a nivel nacional en Imcruz. Lleva 25 años de trabajo en la empresa automotriz y ella aclara desde el inicio que, la igualdad de oportunidad es la misma entre ambos géneros; sin embargo, asegura que en los trabajos de detalle, las mujeres son más meticulosas y pueden romper muchos prejuicios al hablar técnicamente de motores, aceites, frenos, fugas, cambios y sonidos del motor.

Ama la horticultura. Es contadora pública y electromecánica automotriz. Ella asegura que, por diferentes motivos, su profesión es poco comprendida. Así como un médico trabaja para el paciente, su vocación le permite ayudar y que las personas, en la vecindad o en el mercado, acudan a ella en busca de respuestas técnicas en todo momento. “La realización significa ir más allá de ti mismo”, explicó.

Disfruta lo que hace y, asegura, que muchas veces le ha tocado esperar su turno para manifestarse en un escenario donde se respiraba machismo. “Después de que agotaban los conocimientos técnicos sobre un tema, el diagnóstico que me tocó dar, siendo mujer, era el correcto y eso muchas veces golpeaba el ego de muchos varones”, concluye.

Nuestra última historia la inspira María Inés: “Me gusta mi trabajo, lo hago con pasión y lo transmito a mi gente”

Un 61% del personal de Imcruz está liderado por María Inés Carrasco que actualmente es la Gerente Nacional de Retail, división integrada por las tiendas de venta de unidades y repuestos, talleres de servicio técnico, Autopia y la administración de la red de concesionarios. Explica que, de sus 50 años de vida, 21 los ha vivido en Imcruz. Actualmente todos  sus reportes directos son varones y  su carrera en la empresa incluye posiciones como Gerente Nacional de Crédito y Cartera y Gerente de la Regional Cochabamba.

Desde niña le gustaron los números. Valoró mucho la influencia de su profesor de Matemáticas en esto. Estudió Administración de Empresas con una beca por méritos. Considera que uno nunca deja de aprender. Cursó también una maestría, un diplomado y lleva decenas de libros leídos. Antes de ingresar a Imcruz, trabajó en la banca y era de las pocas mujeres que lideraban en ese sector durante la década de los 90.

Cuando María Inés ingresó, Imcruz sólo comercializaba dos marcas; actualmente son seis, además de camiones, maquinarias, repuestos lubricantes y la división de autos usados: Autopia. Su mirada femenina, le permitió implementar controles en diferentes procesos para afrontar los cambios y desafíos que iban apareciendo.   

“Tuve gente que me enseñó y eso me dio la confianza para entrar a la industria automotriz. Aprendí de marcas, modelos, repuestos, estrategias para llegar al cliente, finanzas, retail y fui venciendo estereotipos”, expresa. María Inés dice que destaca por su pasión. Ama lo que hace. Y esa misma pasión la transmite a sus equipos de quienes conoce los nombres incluso de sus hijos. “Quiero que mi equipo conozca lo que yo conozco y crezca”, expresa. Cuenta, entre las anécdotas más significativas, que durante la pandemia recogían junto con otros colegas a los mecánicos de sus casas, los llevaban al taller donde arreglaban los vehículos del personal de salud y luego retornaba con ellos.

Imcruz le permitió viajar a China, India y conocer de cerca dos fábricas de vehículos y el dinamismo de las ferias mundiales en esos países. Para María Inés Imcruz significa excelencia.

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